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2025 ¿prueba de fuego para el gobierno mexicano?.

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Marco Cortez Navarrete
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Por Marco Antonio Cortez Navarrete

Todos recordamos cuando el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, invitó a Donald Trump, en aquel entonces candidato republicano a la presidencia de EEUU.

Las críticas de propios y extraños, especialmente de quienes en aquel entonces eran la oposición del régimen priísta y hoy son gobernantes, pegaron el grito al cielo porque el ex presidente azteca invitó al flemático neoyorquino.

La presencia de Trump, quien a la postre ganó las elecciones de su país, se gestionó, según expertos analistas, por la relación de amistad entre Luis Videgaray Caso, ex secretario de relaciones exteriores y ex de Hacienda, con Jared Kushner, yerno y asesor principal de Trump.

Aún así, la embestida de Trump para con el gobierno mexicano fue severa, muy dura, ya que promovió la construcción de más de 800 kilómetros de muro a lo largo de los 3 mil 142 kilómetros que tiene la frontera mexicana con EEUU.

Al término de su gestión de 4 años Trump cayó ante Joe Biden, un veterano demócrata con más de 80 años y que, al parecer y de acuerdo con las recientes elecciones en EEUU,
no cumplió o no supo cumplir con las necesidades de su país y de sus electores y si en cambio atizó con fuego pugnas internacionales con Rusia, utilizando de por medio a Ucrania, y en el oriente medio apoyó de manera irrestricta a Israel que desató cruenta guerra contra Palestina en un conflicto que se extiende como pólvora en otros países de aquella región.

Para mucha gente Trump es un astuto empresario que no sabe que significa la palabra perder, y aún más como presidente; sus opiniones sobre diversos líderes del mundo, incluyendo a nuestro país, resultan en muchos casos agresivas y hasta ofensivas.

Su actitud a la hora de negociar es mostrar una superioridad en todo sentido (desde el desplante físico hasta la moral) y parece oler las debilidades y los miedos de sus adversarios. Su estrategia —se ha dicho muchas veces— consiste en “pisar el cuello a sus adversarios” para después negociar con obvia ventaja.

Pero Trump, como todas y todos los jefes de Estado y todas las personas del mundo es de carne y hueso y también (habrá que buscar) debe tener su talón de Aquiles, nadie es perfecto.

No es de acero como Supermán, no es impenetrable. Claro, depende en gran parte de las capacidades, habilidades y talentos de quienes se sientan a la mesa de negociaciones para negociar con este gigante rubio.

En este sentido y retornando a México sabemos que Donald tiene en la mira a nuestro país y esto ya tiene muchos años ya que en sus campañas los temas centrales están relacionados con nuestra nación: migración y seguridad. Ahora además de aumentar los aranceles Trump amenaza con declarar una “intervención suave” en tierras mexicanas y aquí debemos afirmar, guste o no, la inmensa superioridad del país del norte en todo sentido, es decir, económico, político y militar.

Claudia Sheinbaum, presidenta de México y declarada mujer de izquierda, identificada con su antecesor López Obrador y afin a las dictaduras cubana, venezolana, colombiana y nicaragüense, entre otras, sin duda hace chispas con una mentalidad e ideología identificada con el pleno conservadurismo, la fe católica y el libre mercado.

Aún sin rendir protesta —hoy sábado 4 de enero de 2025– las declaraciones de Trump ya encendieron los focos rojos en el gobierno de Sheinbaum quien como muestra de la importancia que sabe tiene la relación con Estados Unidos ordenó a Marcelo Ebrard, secretario de Economía, emprender una campaña contra productos de origen chino. Esto, lo sabe Trump, pero para este feroz empresario la acción no es más que un distractor porque mas allá está el meollo, como por ejemplo, la creciente presencia de la industria automotriz china con unas 20 marcas en el mercado nacional convirtiéndose en serias competencias para otras industrias gringas, europeas y asiáticas, todas filiales a la Unión Americana.

También se rumora una sigilosa pero efectiva presencia rusa en el territorio nacional y todo lo anterior sin tener que actuar como lo hacen la OTAN y los EEUU hacen con Ucrania, país al que sacrifican con tal de medir fuerzas con el Gran Oso Ruso, Vladimir Putin.

Es por lo anterior que la presencia de las potencias históricamente adversarias de EEUU, es decir China y Rusia, representan un peligro inminente para la economía de los Estados Unidos y en la geopolítica internacional.

Claro está que con Trump —quien no se mide para nada y nadie— se prevé, entre otras cosas, que se siente a negociar con los rusos, con Putin, y con los chinos, con Jinping, como ya lo hizo antes, y de paso hasta con el enigmático líder de Korea del Norte, otro peligro al que los estadounidenses no atienden como debería ser.

Regresando con el tema de México, la 4T ahora deberá enfrentar las embestidas de un líder norteamericano que vendrá con todo. Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM y ex representante de México ante las Naciones Unidas, y hoy secretario de Relaciones Exteriores, dicho con todo respeto, se me antoja presa fácil de un gabinete de halcones conservadores reclutados por Trump para dirigir los destinos de EEUU y quienes, además, tienen un espíritu antilatinoamericano.

Ahora si Sheinbaum debe mostrar de qué está hecha y con argumentos fundamentar la mutua dependencia entre los dos países más allá de de señalar que los mexicanos tenemos soberanía, independencia e himno nacional lo cual solo desata risas ante los sofisticados y modernos equipos bélicos y tecnológicos del mundo, ubicados en Estados Unidos y con modernos satélites nos monitorean las 24 horas del día viendo hasta las horas y cómo nos duchamos en los baños amén de sus cada vez mas sofisticados y poderosos drones y hasta perros robot diseñados para combatir y actuar en operaciones “quirúrgicas” superando miles de veces a la tecnología, el armamento y la capacidad de las fuerzas armadas mexicanas que son buenas pero no ante la todavía primera potencia del mundo.

Es casi seguro que a partir del 20 de enero veamos una serie de decretos de Trump con dedicatoria a México y también las reacciones y las decisiones de una presidenta mexicana de origen judío que tendrá que sentarse en la mesa para negociar y medir fuerzas con el impredecible neoyorkino acostumbrado a ganar y dejar a sus oponentes en la lona noqueados.

PD. Hasta la próxima y deseo tengan un 2025 con paz mental, salud y trabajo.

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