El libro caminaba por un puente. Era sereno y a la vez sensual, y en cada página suya podía habitar la utopía de la fuerza quijotesca, la sugerencia inocente de Melibea, la santa palabra, la gallardía brava del Cid Campeador, la historia india de las trenzas de La trenza, la comodidad burlesca de la inmensa personalidad del hobbit, sabios consejos de Andrés Hurtado, los mundos de Jacinta y también los de Fortunata, la pasión salvaje de La chica salvaje, esa infinita magia de aquel principito, la clase y la elegancia de Joselito el Gallo, los cantos a Galicia de Rosalía de Castro, la gitanería hermosa del Romancero, las sentencias sentenciadoras de Bernarda Alba… las hojas de los árboles de los bosques animados…
El libro no caminaba por el puente, en verdad. Iba envuelto en un paquete muy hermoso, un paquete que se presentaba como se presentan los paquetes que se regalan con amor y alma. Lo llevaba Jorge, que estaba de santo, a su tía Mercedes, que estaba de cumpleaños. Bendito 23 de abril: belleza y rosa del más hermoso de los meses. Jorge era lector, curioso, inquieto, alegre y noble. Mercedes era madre! Algo muy grande! Mercedes era una gran madre, sabia, tierna, dama de gestos cariñosos, mujer de los mil vocablos de ternura, calma y bálsamo. Y gran lectora, por supuesto…
y así atardecía en lila talavantino, como ese color con el que el mago Talavante besó una Puerta del Príncipe muy tempranera, una tarde de un 23 de abril diferente. Pero lleno de letras y palabras..
La palabra lo es todo
Vivan los libros! Lean!
Para mi querida mamá: feliz cumpleaños
Para los escritores
Para mis amigos escritores, para mis amigos libreros, para los que aprecian los libros
Para Jorge y cada Jorge
Para mi mago Talavante
Para Albriux
Para Luis
Para cada persona que ha tenido el gran detalle de felicitar hoy a mi madre
Para Carlos
Para mi Sevilla y mis sevillanos
