30 años

El mayor activo de un medio de comunicación es su credibilidad, algo que se atesora con los años pero que se dilapida en instantes. Las tres décadas de La Revista Peninsular demuestran, con creces, que su credibilidad resiste huracanes. Para muchos, como es mi caso, la lectura de la revista se convirtió en una escuela de periodismo y política. Plural, en sus páginas encontré opiniones con las que discrepé y con las que estuve de acuerdo, pero todas sustentadas y de gran interés. Es una publicación de puertas abiertas, que busca construir por medio de un debate serio y moderado. Rehúye de las amarillas estridencia y se concentra en la apertura, en las ideas, en la propuesta. Rodrigo Menéndez Cámara ha sabido conducir su legado por interesantes cauces, que garantizan, estoy seguro, una larga y fructífera andanza a esta publicación. Felicidades a él y a su equipo, de un lector sincero y asiduo.