Claroscuro, por: Francisco López Vargas.
El
martes 20 de noviembre en Milenio, Héctor Aguilar Camín escribió en su columna
diaria una reflexión que no tiene desperdicio: la desaparición de la Federación
y la invasión del gobierno de López Obrador para avasallar a los gobiernos
locales no sólo con el dinero federal sino también con la presencia policial
militar.
El Texto dice:
“¿Adiós al federalismo?
Me he prometido no hacer profecías respecto de lo que
será la llamada cuarta transformación, mucho menos sobre sus logros o fracasos.
Sin embargo, las propuestas formales del gobierno electo, en parte ya leyes
aprobadas, anuncian con cierta claridad su diseño estratégico.
En afán de resumir, diría que lo que se perfila como
el fondo de la cuarta transformación es el tránsito a machetazos del imperfecto
modelo de república federal que conocemos hacia un modelo de república
centralista de nuevo cuño.
Creo que los dos pilares son la nueva ley de la administración pública federal,
aprobada por la mayoría lopezobradorista en el Congreso, y la anunciada reforma
constitucional para dar al Ejército responsabilidades plenas, y mando único, en
el manejo de la seguridad pública.
Nuestra policía de todos los días será militar. Lo
lógica política de ambas decisiones es centralizar.
La nueva ley crea la figura de los delegados federales únicos en los estados,
los “superdelegados”, que nombra el presidente y que le reportan a él, igual
que sus secretarios de Estado.
Los superdelegados se encargarán de vigilar el manejo
de las inversiones federales, en promedio, 85% de los ingresos estatales.
Cada superdelegado federal tendrá bajo su mando varios
subdelegados regionales, unos 300 en toda la República, tantos como distritos
electorales.
Superdelegados y subdelegados se encargarán de velar
por que las inversiones de la federación aterricen efectivamente en cada lugar.
Resumen: un poder político, administrativo y
financiero alternativo a los poderes locales, para vigilarlos, controlarlos,
competir con ellos, desarrollar clientelas propias y, eventualmente, ganarles
las elecciones.
El programa de militarizar la seguridad pública
contempla la existencia de 266 unidades en toda la República. De sus consejos
locales formarán parte los superdelegados y los subdelegados políticos de la
federación. Junto con pegado: dinero y fusiles.
Son dos maneras complementarias de ocupación del
territorio desde el centro. Una, política, financiera y administrativa. La
otra, militar y policiaca.
No hemos visto en mi generación, digamos desde 1968,
un proyecto de centralización territorial, política, administrativa, policiaca
y militar tan grande como la que anuncian los primeros pasos de la Cuarta
Transformación”.
Coincido plenamente con lo aquí escrito por Héctor. Lo
que me indigna es que los demás poderes de la nación parecieran no tener claro
que el avasallamiento del nuevo gobierno violaría la decisión de los ciudadanos
de los estados que eligieron a su gobernador y a sus alcaldes.
El nuevo presidente dice que él respeta el
federalismo, que no se meterá con los gobiernos locales y que respeta la
autonomía municipal, pero en los hechos los combate y los anula con sus
decisiones de delegado y subdelegados plenipotenciarios y su idea de segmentar
la seguridad pública ya militarizada desde diciembre próximo.
La ausencia de la oposición le ha permitido al nuevo
gobierno hacer prácticamente lo que le place.
La consulta popular pareciera también una burla no
sólo por que es una farsa sino porque será usada por López para validarse a si
mismo y cumplir con la fantasía de la revocación de mandato: son consultas a
modo, con gente que es incapaz de serle desleal y que, dice, son incapaces de
hacer fraudes.
Lo peor es que Andrés acredita que no sólo desprecia
al Instituto Nacional Electoral sino que también modificará la ley para la
consulta popular y así reducir su costo, su tiempo y hasta el número de
participantes.
Mal y de malas en un inicio de gestión que sin
empezar ya nos hizo sentir como país esa capacidad para hacerse notar sin
importar el costo que tenga para todos y vaya que los tendrá.
El pleito en el PRI
Informados los priista del nombramiento de Jorge
Salomón Azar García como nuevo delegado del CEN en Yucatán, otro ex gobernador,
este de Tabasco, Manuel Andrade, no sólo la empredió contra el campechano a
quien calificó de sepulturero luego de la misma comisión que encabezó en
Tabasco.
Manuel Andrade no tuvo empacho en mandar mensajes a
todos los priistas yucatecos amigos suyos para poner mal a Azar sino que
destiló una serie de acusaciones y supuestos que sólo dejaron claro que el
tabasqueó deseaba ser él el responsable de esa comisión priista en la entidad.
Andrade, quien también formaba parte de la división
y enfretamiento de priistas en Tabasco, acreditó su rechazo al campechano
mientras en el CEN reportan buenos resultados de Azar en esa encomienda. Ojalá
los priistas yucatecos entiendan que no es necesario agregar a Azar a ese
pleito que traen todos los grupos locales luego de la derrota en las elecciones
pasadas.
El ex gobernador campechano no tiene aspiraciones ni
negocios en Yucatán así que las descalificaciones de Andrade sólo valdrían si
el CEN priista no le tuviera confianza.
Al tiempo.
