Editorial La Revista Peninsular
El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la
Mujer, fecha en la cual recordamos la lucha de las mujeres a lo largo de la
historia y hacemos conciencia respecto a los desafíos que hay por resolver. En
México, debido a la indignante situación que afrontan las mujeres, este día
dista de ser una celebración y sirve de escenario para intensas protestas cuyo
objetivo es exigir la reivindicación de los derechos de las mexicanas.
El origen de esta fecha tan significativa se remonta a
inicios del siglo XX en países como Estados Unidos, Dinamarca y la entonces
Unión Soviética. En un principio, el objetivo del día era conmemorar a la mujer
trabajadora, pero el espectro se amplió conforme pasó el tiempo para abarcar la
lucha de todas las mujeres en los distintos ámbitos sociales.
Fue en la década de los setentas cuando la
Organización de las Naciones Unidas emitió una resolución en la cual invitaba a
sus miembros a disponer un día para la conmemoración de los derechos de la
mujer y, desde entonces, los gobiernos del mundo han ido adoptando el 8 de
marzo para tal fin.
Nuestro país no ha sido ajeno a la conmemoración de este
día pues desde hace varios años se llevan a cabo actividades, marchas y
campañas de educación en torno al tema. Sin embargo, la conmemoración de esta
fecha ha adquirido un auge histórico desde el 2020 tras la realización de
manifestaciones masivas en distintos estados, así como un paro nacional de
actividades, debido a la extrema situación de violencia que vivían, y siguen
viviendo, las mujeres en México.
El 2022 no fue la excepción ya que se organizaron
intensas marchas y paros de labores en todo el país. Miles de mexicanas tomaron
las calles para manifestarse y realizar actos de iconoclasia como protesta por
la violencia que padecen. Es cierto que estas demostraciones fueron intensas,
pero, entre muchas otras cosas, responden a recientes casos que generaron gran
indignación a nivel nacional e internacional como lo fueron el asesinato de la
periodista Lourdes Maldonado en Tijuana y el grupo de Telegram llamado
“Zorritas de la UAM”, el cual usaban para compartir imágenes y contenido sexual
de mujeres, más de mil estudiantes de la Universidad Anáhuac-Mayab y otras
instituciones educativas.
Con los contundentes esfuerzos de este año, el
movimiento feminista mexicano demuestra ser el movimiento social más
consolidado del país y continúa dando pasos agigantados hacia su objetivo de
lograr la equidad de género y la erradicación de la violencia en contra de las
mujeres, aunque aún falta mucho por hacer.
El 8 de marzo será motivo de fiesta en México cuando
podamos celebrar la completa erradicación de la violencia en contra de las
mujeres y la configuración de una sociedad en la cual impere plenamente la
equidad de género. Mientras esto no ocurra, el 8 de marzo será un día de lucha
para las mujeres y, para los hombres, un día para escuchar y reflexionar sobre
cuáles conductas contribuyen a la cultura de violencia machista que se padece
en México.
Quien no ve un problema desde la perspectiva de la
víctima, no ve problema alguno.
