Por: Edmundo Réne Verde Pinzon.
“¿Quién
debe gobernar?” En efecto, aun aquellos que comparten este supuesto de Platón,
admiten que los gobernantes políticos no siempre son lo bastante “buenos” o
“sabios” (…) rara vez se han mostrado los gobernantes por encima del término
medio, ya sea moral o intelectualmente, y sí, frecuentemente, por debajo de
éste (…) parece razonable adoptar en política el principio de que debemos
siempre prepararnos para lo peor aunque tratemos, al mismo tiempo, de obtener
lo mejor (…) es rayano en la locura basar todos nuestros esfuerzos políticos en
la frágil esperanza de que habremos de contar con gobernantes excelentes o
siquiera capaces.”.
Karl Popper.
Aún ahora persiste la
idea del Contrato Social, pero la vigencia idílica de Rosseau fue destruida por
la realidad de la PARADOJA DEL VOTO de
Anthony Downs y retomada por James Buchanan en la TEORÍA DE LA ELECCIÓN PÚBLICA; de acuerdo con el Nobel, el factor
que facilita el alejamiento entre el sufragio y nosotros es la IGNORANCIA RACIONAL, la falta de
interés del ciudadano en las cuestiones del gobierno, que se puede comprender
como el resultado de un estudio costo-beneficio, ya que para la mayoría de los
ciudadanos, enterarse a fondo de las propuestas racionales es oneroso, porque
requiere tiempo y esfuerzo; y es poco conveniente, ya que el debate público se
refiere a cuestiones complejas que, a pesar de su trascendencia social, no les
permite conocerlas fácilmente y, por lo tanto, no merecen urgente atención, es
decir, cuando se eligen a los líderes políticos los votantes deberían
interiorizarse en el perfil de cada candidato, su historial, su propuesta
ideológica y programática y elegir de manera realmente racional, pero en la
práctica es difícil, la mayoría de los ciudadanos tienen deberes laborales,
domésticos y económicos en su vida cotidiana y por esa razón deciden con la información
que tienen a su alcance y que no pueden verificar con facilidad. El ciudadano
que ha elegido ser un ignorante racional se plantea la alternativa de apegarse
ciegamente al criterio de otros o abstenerse de votar. Aprovechándose de este hecho,
existen muchos grupos poderosos con fuertes razones para tratar de influir en
la elección, que comprenden que el candidato a pesar de tener buenas
intenciones también tiene un interés personal y proporcionaran las herramientas
necesarias para lograr su objetivo que no siempre es en beneficio de las
mayorías.
Ahora bien, una de
estas herramientas a través de la cual se manipula al electorado son las
encuestas, que puede ser explicada a través de la TEORÍA DE LA VARIABLE DESCONOCIDA. que señala la imposibilidad para
determinar, de forma segura, resultados como los juegos de azar, porque en los
análisis siempre faltarán demasiados datos como, por ejemplo, la velocidad, el
peso, la habilidad y un indescifrable infinito de posibilidades, en las cuales
entonces, la estadística conduce el desconocimiento humano, es decir, el azar
no existe en la naturaleza, sino en nuestro entendimiento, en nuestra
intuición; Einstein estaba consciente de ello, de esta forma la probabilidad de
las encuestas es la racionalización de la ignorancia humana; de esta manera nos
hacen creer que, lo que piensan mil personas, es igual a lo que piensan todos
los millones de electores, todo esto suponiendo que los encuestados no han
mentido o ignorando la posibilidad de que pudieran cambiar de opinión, de esta
forma, lo inexacto se convierte en paradigma.
Si a esto le añades redes
sociales con las Fake News y bots-trolls extranjeros, las promesas falsas, el apoyo
de celebridades, las etiquetas negativas al contrario, la aspiración del
cambio, el voto como deuda-recompensa, el candidato humilde, el líder
carismático, el voto al menos malo, el voto switcher, todas estas como técnicas
de persuasión míticas, la manipulación se hace más evidente pero imposible de
evitar, porque el ciudadano común se queda sin tiempo para razonar su voto y
entonces Voilä, se repite la tradición y me hace recordar tristemente el
ascenso y la caída de Francisco I Madero
por la sobrexposición en las redes sociales de la pre-revolución, pero esa es
otra historia.