La Revista

La reconstrucción del PRI en Morena

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por: Francisco López Vargas.

Esta
semana circuló un meme de esos que no sólo hacen reflexionar sino que motivan a
asombro no sólo porque es una realidad muy triste sino porque es tan cierto que
a nadie pareciera importarle: los candidatos al Senado de Morena son en un 86
por ciento ex priistas. Sin embargo, cuando les dices a los seguidores de López
que su mesías está reconstruyendo ese PRI al que se afilió en los 70´s, la
gente se ofende, te agrede y descalifica.

Por
cruel que parezca, si gana Andrés Manuel López Obrador, México viajará al
pasado y antes de deshacernos del partido más odiado, sólo asistiremos a su
refundación con el nombre de Morena instalado como un partido de Estado y
hegemónico y en la persona de su candidato, que revivirá el presidencialismo a
un grado que no conocimos.

De
poco han servido las advertencias. Todos parecieran ya estar resignados y otros
convencidos de que López será el “gran salvador” del país aunque algunos digan
que ya le toca robar luego de tantos años de buscar la presidencia.

Vaya
sorpresa la que se llevarán: Andrés no es un cambio de país, no es un cambio de
régimen, no es una salvación y no será nada de lo que él mismo ofrece y si
reinstalará en el gobierno a un partido, el suyo, que replicará la economía
mixta, dictada desde Los Pinos; las concesiones no serán tocadas y ninguna de
las reformas será movida porque su objetivo no es cambiar al país sino que lo
adoren a él como el gran héroe nacional que aspira a ser. La reforma educativa
será una de las víctimas porque un pueblo educado y con conocimiento nunca será
manipulable además de que el magisterio como el de la CNTE siempre privilegiará
su beneficio como organización que el de los educandos.

No
puedo ver el futuro. Ciertamente no sé qué va a pasar el día de las elecciones,
pero 35 años de ejercicio periodístico me fuerza a ver los hechos más que los
discursos de los aspirantes a ser gobernantes: todos ofrecen más de lo que
pueden hacer, más de lo que el presupuesto resiste y más de lo que la sociedad
necesita. Sin embargo, el estilo de gobernar es la diferencia y mientras en el
pasado hemos tenido un país de muchas desigualdades, hoy esas se acrecentarán
de la mano de una élite nueva a la que tendremos que mantener desde el gobierno
federal.

Desde
esa visión de gobierno, la élite estará en ser parte de el, pero poco serán los
seleccionados y de éstos muy pocos tendrán todos los privilegios. Sin embargo,
las elecciones aún no han sido y, por lo tanto, las encuestas no deben ser
vistas como pronósticos sino como una advertencia de lo que sucedería en el
momento es que se levantan.

Encuestas
como propaganda es lo que hoy hemos visto y nos hemos olvidado de los
resultados que hubo en la elección presidencial pasada cunado todas fallaron,
al extremo que los resultados no fueron precisamente los que vaticinaron.

Patadas
de ahogado, me diría Uuc-kib Espadas ante un escenario que debo admitir no me
gusta, pero insisto en que mi experiencia me dice que no hay que aventurar el
resultado final.

En
las elecciones de julio se decidirán, en Yucatán la gubernatura y las
alcaldías. Como meridano tengo claro que Renán Barrera pareciera no tener
opositor en Víctor Caballero. A Renán lo conozco, he platicado con él; a
Caballero sólo lo he visto alguna vez, pero no hay trato.

En la
gubernatura no tengo duda a quien debo darle mi voto. Es un tema de cercanía
con su familia, con gente a la que conocí hace ya muchos años y gente a la que
de alguna manera le tengo cariño.

También,
debo decirlo, esa duda no existe porque aunque sólo he visto un par de veces a
quien no tendrá mi voto, también lo conozco: es iracundo, grosero y hasta
intimidador. No dudará en usar su cargo para someter a quien no haga lo que le
parece y no duda en amenazar a quien no conoce, a quien no ha tratado, a quien
se le ponga enfrente.

Lo sé:
he padecido su carácter y su mal genio, pero sobre todo sus amenazas y su ira
por temas que si bien lo vinculaban, nunca apareció su nombre en los escritos,
en los reportajes, en los comentarios. No hubo ni habrá, me queda claro, una
relación de respeto entre el gobernante y el periodista. Además, si la
percepción no me falla, no ganará.

En
Yucatán todos se esforzarán al máximo por ganar la capital y la entidad.
Joaquín Díaz Mena dará una sorpresa quizá y pensará que es por él, pero la
realidad es que sus votos serán por el efecto de López Obrador.

Ana
Rosa ganó todas sus elecciones en el PAN, logró ser la mejor presidenta
municipal de la capital, pero cuando renunció al PAN sólo logró un lejano
tercer sitio por otro partido: Guacho vivirá algo similar, aunque será un
crecimiento de un opositor distinto al PAN nunca antes visto. No creo haya
sorpresas, pero en elecciones todo puede pasar.

Me
resisto a regresar al pasado, me resisto a ver resurgir a un partido con otro
nombre y los mismos vicios y la misma visión que repudiamos hace sexenios, pero
la gente no lo ve. En fin, espero que no llevemos en el pecado la penitencia.

José Francisco Lopez Vargas
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