Café por favor, por: Javier García Martínez.
En ocasión del Mundial Rusia 2018, hablar
de fútbol se ha vuelto controversial y hasta pecaminoso, las redes sociales están
inundadas de comentarios que van de lo sublime a lo ridículo, agrediendo y
tachando de descerebrados, inmaduros y con cualquier cantidad de adjetivos
descalificativos a quienes se emocionan y entusiasman por este evento.
¿Acaso es tan difícil entender y respetar
en consecuencia el gusto por el espectáculo que brinda este deporte?
Soy un convencido de que el respeto es la
delgada línea que separa la afición del fanatismo, nadie es más o menos
inteligente solo porque le guste, vea, coma y viva el fútbol; ni tampoco porque
no le guste y tenga otras aficiones; en el tiempo que dure el Mundial de Fútbol
el país no se hará ni más rico ni más pobre, no habrá ni más ni menos
analfabetas, tampoco habrá, de repente, a quienes les nazca el gusto por leer.
Hoy, lo que hay es lo que ves… Y cuando termine el Mundial, seguirá igual.
El fútbol es mucho más que un tema de
discordia, el fútbol es religión, es culto, es unión; como factor de educación
es el pretexto para que cientos de miles de niños y jóvenes aprendan a vivir de
manera saludable y a trabajar en equipo, el futbol les enseña a ganar y a
perder, les fomenta la cultura del esfuerzo y la competencia. Como cualquier
deporte.
El fútbol como industria genera millones y
millones de dinero, es economía, es empleo, es desarrollo, es progreso… Cierto,
también es fraude, también es traición también es engaño.
Pero… en estos tiempos ¿qué cosa no lo es?
Hasta las religiones más antiguas han caído de la gracia de sus seguidores por
sus errores… “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Como toda
actividad humana, el futbol tiene sus pros y sus contras; igual que todo, nos
guste o no.
Para las voces que se quejan de que
durante un mes todo será futbol, hay buenas noticias, por fortuna, hoy en día
existen miles de opciones para distraerse e incluso abstraerse de lo que ocurre
en el mundo; no es necesario agredir o criticar a quienes gustamos de la fiesta
del Mundial de Fútbol.
Pretendía ser breve y muchas veces me autocensuré
para escribir de este tema, precisamente, aplicando la premisa que dice: “Vive
y deja vivir”… Pero se trataba de algo que tenía que sacar al grito de:
¡Eeeeeeeeeeeeeeeeeeehhhhhhh… fúuuuuutbooool!
Dejo constancia de que soy orgullosamente
mexicano y sea como sea estoy con la Selección Nacional de principio hasta…
pues hasta donde llegue.
