Reflexiones en voz alta, por: Carlos Capetillo Campos.
carlos_capetillo@hotmail.com / @capetillocampos
El jueves 22 de noviembre, es decir el
jueves de la semana pasada, el senador Félix Salgado Macedonio del partido
Morena, aparece en los medios declarando que el Gobernador que no obedezca las
órdenes del Presidente Andrés Manuel López Obrador, será relevado de su cargo y
se enfrentará a una desaparición de poderes. ¡Vámonos!
¿Sabrá el Senador que significa el Pacto
Federal, que precisamente el Senado de la República es el encargado de vigilar
que se respete?
Ese mismo día en los medios, aparece el
Gobernador de Jalisco, el panista, cobijado por los sectores productivos y la
clase política y gobernante, manifestándose que no aceptan que sean nada más
invitados a la reunión de seguridad que convocará y coordinarán los llamados
súper delegados, que, en muchos casos, son aspirantes a los gobiernos de los
estados.
También aparece una carta firmada por 14
gobernadores de origen panista y de otros partidos ajenos a Morena, fijando una
posición de rechazo a las disposiciones del Presidente Electo en materia de
seguridad.
Y lo más sorprendente, son las
declaraciones del Senador Ricardo Monreal, en el sentido de que los
gobernadores están nerviosos. Su experiencia en la política que lo ha llevado a
ser de 3 partidos diferentes, el PRI, el PRD y ahora Morena y que es segunda
vez que es Senador y ya fue Gobernador y por lo tanto debe saber cuál es el
papel de un Gobernador en defensa de la soberanía de su entidad.
Parece que las intenciones de López
Obrador, Presidente Electo hasta hoy, Presidente Constitucional a partir del
sábado, no cuenta con los operadores políticos lo suficientemente hábiles para
consensar sus indicaciones. Parece que la soberbia los está llevando a
imprudencias.
El hecho es que está saliendo dinero de
México, la Bolsa de Valores ha disminuido. El dólar ha subido y las inversiones
se han detenido y nos guste o no, todo esto impacta a todos los mexicanos,
ricos, pobres, muy pobres.
Pero mañana llega el día por él soñado
desde hace muchos años. El día que le pondrán la banda presidencial y con ello
adquirirá uno de los poderes más fuertes en el mundo. Ser Presidente de México,
que desde hace tiempo es una de las presidencias más poderosas del mundo.
Sus decisiones afectarán a 123 millones de
mexicanos que le otorgaron la mayor votación que un candidato haya obtenido.
Dirigente en su estado y funcionario público, jefe del Departamento del
Distrito Federal, dirigente de uno de los varios partidos en donde ha militado,
candidato a la Presidencia de la República por dos partidos diferentes y al
fin, el fruto de su terquedad se convirtió en realidad.
Yo creo que todos los mexicanos,
independiente de militancia y de por quién haya votado, quieren que al
Presidente López Obrador le vaya muy bien porque si a él le va bien a México
debe irle mejor. Ningún Presidente quiere hacerle daño a México. Por lo menos
eso dicen los que han tenido el gran honor de serlo. Todos quieren dirigirlo
para mejorarlo.
Pero saber qué hacer es sin duda el primer
paso y él sabe muy bien qué quiere para México, pero hay dos pasos de
acompañamiento: cómo hacerlo y con quién hacerlo.
Y esto es la clave para que toda su lucha
no se quede en simples propósitos.
Participemos en esta etapa con una
participación activa. El Presidente quiere oír nuestra voz, démosle gusto con
una voz que se escuche, que a tiempo avise que no vamos por el camino correcto
o aplaudamos si es el correcto.
No regateemos el reconocimiento, pero
tampoco la crítica.
Te saludo cordialmente.