Nuestro país pasa por una etapa complicada en la vida política. Los que dijeron que iban a ser la brillante oposición ante la abrumadora victoria de Morena han pasado desapercibidos. Mientras que el PRI vive su peor crisis por la derrota, de la que no parece recuperarse, los panistas, siendo la segunda fuerza polìtica han buscado reestructurar un partido que se encuentra fracturado por los constantes conflictos internos. Ahora los blanquiazules tienen un nuevo obstáculo: “México Libre”, proyecto polìtco encabezado, ni más ni menos, que por la ex candidata presidencial y ex panista Margarita Zavala. De conseguir las firmas y constituirse este partido podría restarle simpatizantes y votos al PAN en las próximas elecciones. Otro de los personajes que se suma a la creaciòn de un nuevo partido es Gabriel Quadri, con la agrupaciòn polìtica “Cambiemos”.
En toda democracia es sano que se constituyan nuevos partidos que le den equilibrio al ejercicio legislativo y más ahora por la aplastante victoria de Morena en el Senado y en la Cámara de Diputados, pero es necesario que estas nuevas plataformas estén acompañadas por una agenda que represente los intereses de la sociedad.
Estos dos posibles nuevos partidos tienen algo en común, desde que sus líderes compartieron su interés por constituirse como partido polìtico, y antes comenzar con la recolecta de firmas, miles de ciudadanos ya habían firmado una petición en la plataforma Change.org para exigir al INE que no les permita constituirse. La razón es más que obvia, los ciudadanos no quieren más partidos que sean sumados al erario pùblico.
La crítica a la creación de nuevos partidos es razonable ante el descontento que existe por parte de la ciudadanía a la clase polìtica, así lo demuestran los resultados de la encuesta “Mèxico: Confianza en las Instituciones 2018 ” realizada por Mitofsky. Las instituciones en las que menos confían los ciudadanos son: los diputados, senadores, sindicatos y los partidos polìticos.
En el caso de “Mèxico Libre”, considero que se cometió un error desde la elección del nombre del partido, debido a que es contradictorio que una organizaciòn polìtica hable de libertades siendo encabezado por la ex candidata presidencial Margarita Zavala, quien ha mostrado abiertamente estar en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. Recordemos lo que dijo en una entrevista que le realizaron a principios del año pasado en el programa Despierta con Loret y que causó enojo en gran parte de la ciudadanía: ”En mi equipo hay mujeres, hombres, hay homosexuales, que además son parte de mi equipo y que me honran con su amistad”, denigrando a la comunidad LGBTQ.
Otros de los puntos críticos es el papel que jugaría el ex presidente Calderón dentro de la organización política, debido a que existe un amplio descontento por la estrategia y guerra fallida que implementó contra el crimen en su gobierno, además de las responsabilidades que les imputan por el caso de la guardería ABC. El costo polìtico hoy se ve reflejado en las casi doscientas cuarenta y mil firmas que aparecen en el portal Change.org en contra de la conformación del partido calderonista.
Por otro lado, la propuesta de partido “Cambiemos” , encabezada por Gabriel Quadri ha sido también ampliamente criticada. Las razones son muchas, el ex candidato presidencial ha causado enojo e indignación por sus posturas que ha dado a conocer en redes sociales, y que han sido reprobadas por periodistas, defensores de derechos humanos, gobernadores y miles de usuarios de redes sociales. Como cuando expresó en Twitter: “Si México no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sería un país en desarrollo medio y potencia emergente”. Es inadmisible que alguien que se exprese de forma tan desafortunada y xenofóbica quiera encabezar un proyecto político.
México requiere una oposiciòn despierta que no solo critique a cerrazón las decisiones del presidente, sino que proponga, participe y debata. Una oposición que busque el interés ciudadano antes que el bien propio. Bienvenidos los nuevos partidos que quieran trabajar bajo estos objetivos. No nos fallen.
