La Revista

¿Más vale malo conocido que bueno por conocer?

Editorial La Revista Peninsular
Editorial La Revista Peninsular
Sígueme en redes sociales:

Percibimos vientos gélidos que remontan al ocaso del
siglo pasado, y nos hacen recordar un mundo bipolar donde dos potencias
entablaban una guerra fría. Ahora, a mediados del año 2019, somos testigos de
la confrontación comercial entre Estados Unidos, quién fue una de las potencias
protagonistas de la guerra fría del siglo pasado, y China.

Vale la pena hacer notar una esencial diferencia
entre ambas disputas: en la del siglo pasado se enfrentaron Estados Unidos y la
Unión Soviética, las potencias más grandes del mundo después de la segunda
guerra mundial, y buscaban promover su ideología y consolidarse como la única
gran potencia; y en la de ahora se enfrentan Estados Unidos y China, el primero
afrontando la decadencia del control absoluto que ostentó en el panorama global
por décadas, y el segundo consolidando su nueva visión de gobierno, la cual
tiene como eje la difusión de su filosofía en el mundo.

A principios del año pasado, Donald Trump impuso
aranceles sobre diversos productos importados de todo el mundo, en congruencia
con su discurso proteccionista. China fue de las pocas naciones que dio
respuesta a las acciones del gobierno de Trump e impuso aranceles sobre ciento
veinte tipos de productos provenientes de Estados Unidos. Estados Unidos
respondió con aranceles a productos provenientes específicamente de la
República Popular de China.

Así continuó la relación entre estas naciones, ambos
aumentando en distintas ocasiones los aranceles a productos importados entre
ellos, lo que propició que se entablen mesas de negociación para solucionar la
disputa. Estas mesas no han sido fructíferas pues Estados Unidos no solo quiere
compensaciones económicas o concesiones arancelarias, sino modificar la forma
de gobierno de la República China, lo que, claramente, esta última considera
inaceptable. Como drástica táctica de negoción, Donald Trump vetó a la empresa
china, líder en tecnología y comunicación, Huawei de tener relaciones
comerciales con empresas estadounidenses.

Esto representa importantes afectaciones a la
estabilidad de la empresa pues una gran cantidad de sus proveedores son de esta
nación. Desde las piezas físicas del aparato (antenas, chips, pantallas) hasta
apps como Google, Facebook, Netflix, Amazon, o WhatsApp, estos celulares están
considerablemente compuestos de tecnología americana. Sin embargo, la afectación más importante es
relativa al sistema operativo del equipo ya que, tras la desvinculación con
Google, los nuevos celulares Huawei no tendrán acceso al Google Play (tienda
virtual de aplicaciones de Google), a utilizar el sistema operativo de Android,
ni a actualizaciones de sistema.

Donald Trump indicó que darían una prórroga de tres
meses para iniciar el veto, con el objetivo de que las partes puedan preparar
sus negocios y no se vean drásticamente afectados; Huawei respondió que la
prórroga era innecesaria pues se encontraban en condiciones para asumir el
rompimiento de relaciones. La empresa ha procurado no mostrarse alarmado ante
esta situación y han declarado que se prepararon para este escenario.

El Presidente Xi Jinping visitó, junto con altos
oficiales, una instalación encargada de trabajar “tierras raras”, las cuales
son elementos que se extraen de la tierra, esenciales para la fabricación de
productos eléctricos. China es el mayor
exportador a nivel mundial de estos elementos, y representa el ochenta por
ciento de las importaciones de este material que se hacen en Estados Unidos. Se
espera que el gobierno Chino cese las exportaciones a Estados Unidos en
respuesta al veto.

También se sospecha que se vetará a la compañía
Apple en la República Popular de China.

Este conflicto representa una amenaza para la
estabilidad económica global, así lo ha manifestado el Fondo Monetario
Internacional. También, le sale muy caro a ambas naciones. Entonces, ¿qué ganan
con esto?

Donald Trump gana, principalmente, tiempo. Desde el
inicio de su gestión Trump ha luchado contra la destitución por verse envuelto
en acusaciones que lo vinculan con el gobierno ruso. Estas acusaciones dieron
pie a una investigación judicial para definir si hubo interferencia por parte
de Rusia en las elecciones estadounidenses a favor de Donald Trump. Si se
descubriera que es cierto, no solo implicaría la destitución del presidente,
igual implicaría graves consecuencias legales para los involucrados. El reporte
de dicha investigación se encuentra en revisión.

La guerra les exige a los países demostrar
estabilidad y fortaleza para superar al contrario, por lo que tener un líder
establecido es imprescindible. En otras palabras, si hay guerra, Estados Unidos
no puede darse el lujo de perder a su presidente.

Esta táctica para mantenerse en el poder se puede
apreciar también en el conflicto con Irán, el cual Trump ha complicado
recientemente tras manifestar una retórica sobre el tema abierta al conflicto
armado. Cabe mencionar que analistas y expertos condenan a Trump por esto, ya
que escaló el histórico conflicto sin provocación alguna por parte de Irán,
aunque el presidente americano profese lo contrario.

También la intervención en Venezuela es evidencia de
que el presidente Trump busca crear la necesidad de un líder por medio del
conflicto.

China, por otro lado, gana legitimidad. Durante
décadas, China dejó pasar la oportunidad de convertirse en el gran líder de su
región por ocuparse casi exclusivamente a sus asuntos internos. Países como
Estados Unidos y Rusia aprovecharon esto para difundir su ideología en la zona.
Hace unos meses, Xi Jinping anunció que se cambiaría el histórico paradigma de
aislamiento, y se buscaría difundir el modelo chino en el mundo.

Carearse uno a uno con Estados Unidos en una disputa
comercial, legitima a China como una de las grandes potencias del mundo.

Donald Trump ha obtenido el visto bueno de la
población americana sobre este tema porque argumenta que la empresa Huawei,
debido a sus fuertes nexos con el gobierno chino, podrían violar la privacidad
de los usuarios de esta marca. Esta acusación, lejos de ser exagerada, se
adapta al comportamiento que en la historia reciente ha mostrado el gobierno de
la República Popular de China.

En China existen áreas donde el gobierno ha
implementado un sistema de puntuación social en el cuál todas las personas son
evaluadas y calificadas con un número, el cual representa su valor como
ciudadano. Esto solo es posible con un intenso seguimiento por parte de la
autoridad a los ciudadanos. Como sacado de capítulo de Black Mirror.

Esta es solo una “historia de horror” que se vive en
China. La situación laboral infantil, las agresiones contra la prensa, y la
censura, son algunas de las cosas que componen el lado oscuro del régimen.

México, por su ubicación geopolítica, resulta un
actor de interés para las partes. Reflexionemos sobre lo rápido que se ha
posicionado Huawei en el mercado mexicano, o la amplísima difusión que ha
tenido su último modelo en el país. También, recordemos la histórica relación
que ha habido con empresas chinas, y los
grandes proyectos que se han promovido entre ambas naciones. China lleva
preparándose para este conflicto por años.

Desde el nacimiento de la diplomacia, los estados
han perfeccionado formas para persuadir a otros estados a alienarse a su modelo
de gobierno. Donaciones, préstamos, o acuerdos comerciales son algunas de las
prácticas que los estados hacen para obtener favores de otros.

Así, durante generaciones México se ha alineado a
las políticas estadounidenses. Pensemos en la guerra contra las drogas, por
ejemplo. Ahora que es público el interés de China de difundir su modelo de
gobierno, son evidentes los esfuerzos que ha hecho en los últimos años para
posicionarse en México. No olvidemos que por ideología, López Obrador podría
simpatizar con el régimen chino.

Debemos ser cuidadosos al leer sobre el tema. No
estamos ante dos políticos en disputa que comisionan a portales y medios para
hablar bien de ellos y mal del opositor, estamos ante dos colosos de propaganda
y narrativa, con influencias en los medios más importantes del mundo. Desde las
mayores plataformas del mundo, ambas naciones contarán su historia y difundirán
su ideología con suma técnica, y debemos leer con prudencia para identificar
qué es propaganda y qué es noticia.

¿Será que “más vale malo conocido que bueno por
conocer”? La pregunta es qué tan bueno puede ser un país en donde la solución a
que la gente se suicidara, aventándose de las ventanas de las fábricas por las
precarias condiciones laborales, haya sido poner grandes redes para evitar que
las personas mueran y continúen trabajando.

Editorial La Revista Peninsular
Editorial La Revista Peninsular
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último