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La fiesta…

Bernardo Graue Toussaint
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Pasada *-SOLO DE MOMENTO-* la amenaza arancelaria de Trump, siguen los festejos como si ya hubiésemos llegado al paraíso.

Esta semana, el Presidente López, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), diversas Cámaras industriales y los grandes empresarios mexicanos escenificaron un numerito que me recordó varias estrofas de aquélla bella canción de Joan Manuel Serrat, intitulada *”La Fiesta”*.

“GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS,
RECOGIERON LAS BASURAS
DE MI CALLE,
AYER A OSCURAS
Y HOY SEMBRADA DE BOMBILLAS”

Pues sí, en el exclusivo Club de Industriales se reunieron, con escenografía preciosa, el atril presidencial -sí, ese desde donde pontifica el Presidente López sus conferencias mañaneras, *incluso contra el sector privado*- para anunciar la firma del pomposísimo *”ACUERDO PARA PROMOVER LA INVERSIÓN Y EL DESARROLLO INCLUYENTE”*, según el cual, los empresarios mexicanos se comprometen a una inversión de 32 mil millones de dólares durante este año.

“VAMOS SUBIENDO LA CUESTA
QUE ARRIBA MI CALLE
SE VISTIÓ DE FIESTA”

En efecto, estaban de fiesta. Se tomaron fotos hasta el cansancio, para que quedará plasmada (para la historia) la firma de tan extraordinario Acuerdo. *Todo eran sonrisas, felicidad plena, “confianza” mutua, palabras que buscaban confirmar, hasta el hartazgo, la apuesta total del empresariado mexicano en el nuevo gran líder de la patria*, que ofreció todo al sector privado para el desarrollo de sus actividades y el cual agradeció el apoyo a su gobierno.

“HOY EL NOBLE Y EL VILLANO, EL PROHOMBRE Y EL GUSANO BAILAN Y SE DAN LA MANO
SIN IMPORTARLES LA FACHA”

Sí, *sin reparo en la hipocresía, ahí estaban todos. Nadie quería estar ausente (incluso los más críticos empresarios de AMLO), unos por conveniencia y otros por temor a quedarse al margen de los negocios derivados de la 4ª Transformación, daba igual, había que hacer acto de presencia ante el nuevo adalid de la nación y rector de los destinos nacionales: el Presidente López*. Carlos Salazar (presidente del CCE) feliz por la firma de su Acuerdo, no cabía de orgullo por su cercanía con el mandatario mexicano. Poncho Romo, pletórico de alegría al sentirse reconocido por su Jefe y aceptado parcialmente por el empresariado. ¿Quién iba a pensar hace unos años que en un acto de AMLO como Presidente de México asistiría Valentín Díez Morodo, priista de pura cepa? Nadie. Pues ahí estaba, engominado como siempre, en la mesa de honor.

“Y CON LA RESACA A CUESTAS
VUELVE EL POBRE A SU POBREZA,
VUELVE EL RICO A SU RIQUEZA
Y EL SEÑOR CURA A SUS MISAS”

Sí, una vez acabado el festejo por este histórico “Acuerdo”, *el pobre en México seguirá igual; los empresarios se irán a lo suyo (y a mentar madres cada vez que AMLO haga un despropósito) y el Presidente López regresará a sus misas (perdón, conferencias de prensa mañaneras).*

“SE ACABÓ,
QUE EL SOL NOS DICE QUE LLEGÓ EL FINAL. POR UNA NOCHE SE OLVIDÓ
QUE CADA UNO ES CADA CUAL”

En ese evento, más que “olvidar que cada uno es cada cual”, pareció uno *juego de simulación aceptada por las partes*. Los empresarios, porque no desean enfrentarse al gobierno, *a pesar de sus despropósitos constantes.* El gobierno, porque requiere de ese “aval” *para atemperar la negativa percepción que, en los ámbitos financieros, se tiene de la actual administración federal.* Amor por conveniencia, sólo eso. *ESTO A-PES-TA.*

“VAMOS BAJANDO LA CUESTA
QUE ARRIBA EN MI CALLE
SE ACABÓ LA FIESTA”

graue.cap@gmail.com

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