La Revista

Claro que se puede!

Bernardo Graue Toussaint
Bernardo Graue Toussaint
Sígueme en redes sociales:

Llevamos -incluido el que suscribe- siete meses distraídos y ocupados en la lamentaciones diarias, derivadas de los despropósitos diarios del Presidente López.

Hemos presenciado todo un rosario de barbaridades gubernamentales y leído miles de artículos de opinión respecto de las absurdas acciones e ilegalidades del Gobierno de la 4ª Transformación. Hemos visto millones de críticas y memes (algunos geniales, ciertamente) en Facebook, Twitter y demás redes sociales. Igualmente hemos conocido todo tipo de análisis,  valoraciones negativas  y gráficas poco alentadoras de entidades económicas globales respecto del gobierno federal mexicano. Información no ha faltado y, sobre todo, ya hay un diagnóstico: LAS COSAS VAN MAL.

Siete meses han bastado para mostrarse un gobierno sin pies ni cabeza. Un gobierno demagógico que pretende manipular desde las emociones, no de las razones, al costo que sea y por la decisión de un solo hombre: el Presidente de la República.

¿Qué pasaría en Gran Bretaña si el Primer Ministro se atreviera a tomar decisiones similares a las del Presidente López?

¿Cómo reaccionaría la sociedad francesa si el mandatario de ese país suspendiera unilateralmente la principal obra pública del país, violando contratos y realizando despidos indiscriminados a diserta y siniestra?

¿Cuál sería la respuesta de la población alemana si el gobernante en turno decidiera (de la noche a la mañana y sin consultar al Parlamento) desaparecer decenas de instituciones públicas y programas de gobierno y pasar repartir dinero en efectivo a discreción entre sectores “seleccionados” de la población?

¿Cuál sería la reacción del sector empresarial de esos países europeos si su gobierno realizara esos despropósitos ilegales, con afectaciones serias a la economía?

¿La prensa de esas tres naciones de Europa le permitiría al Presidente el mismo trato deleznable que AMLO da a los medios informativos mexicanos?

¿Cómo reaccionaría los sindicatos de cualquiera de esos países europeos, si su gobierno llevara a cabo masivos despidos de burócratas y violaciones a derechos contractuales, como los que han sucedido en México?

¿Cuáles serían las respuestas (en esos países) de los Tribunales ante tales medidas ilegales del gobierno?

¿Cuáles serían las acciones de los partidos políticos de Francia, Alemania o Gran Bretaña frente a un mandatario cometiendo tales acciones antideocráticas?

La más importante ¿cómo respondería la sociedad civil francesa, británica o alemana frentes a esas barbaridades gubernamentales? ¿Cuál sería la respuesta social en dichos países frente a un estado de indefensión ciudadana, no sólo frente al crimen organizado, sino también frente a los abusos y decisiones de su gobierno?

Los empresarios de esos países, en lugar de andar regalando absurdos “beneficios de la duda”, no les temblaría la mano para recurrir con todo ante los tribunales. No le tolerarían al Presidente ni un minuto de tales violaciones a contratos. Saldrían a defenderse con todo, porque saben que sin un Estado de Derecho que dé garantías a la inversión, cualquier economía naufraga.

Los partidos de oposición, los sindicatos y la sociedad saldrían a las calles -el tiempo que fuera necesario- para reclamar tales decisiones unipersonales del Presidente. Habría convocatorias y, seguramente, realizaciones concretas de huelgas generales, hasta lograr la revocación de dichas violaciones de derechos, desaparición de instituciones, cancelación ilegal de contratos, suspensión de obras y utilización de dinero público en efectivo con fines políticos. Vamos, lo que al Presidente López se le ha permitido en México es IMPENSABLE en otras naciones. Repito, IM-PEN-SA-BLE.

¿Cuáles serían entonces las diferencias clave entre esas naciones y México, que marcan la permisividad del gobernante en su acción gubernamental?

A) EL APRECIO POR LO PÚBLICO. En dichas naciones no es descartable que un ciudadano se pueda declarar “apartidista”, pero raramente se declararía “apolítico” porque en esas comunidades los ciudadanos tienen claro que la política trata y atiende “lo público”,  los “asuntos públicos”, lo que es de interés (sea por beneficio o perjuicio) de todos.

B) EL APRECIO POR LA LEY. Si bien ninguna nación es un paraíso, es claro que en muchas de esas naciones los ciudadanos no cuestionan si hay que acatar la ley o no. Se acata y punto. Se exige el cumplimiento de la ley a los ciudadanos y también al gobierno. Y la justicia y sus tribunales actúan ante el incumplimiento de las normas. Por ello, confían comúnmente en sus leyes y en sus tribunales. Saben que sin Estado de Derecho todo se pervierte, todo se pierde. Saben que el Estado de Derecho en una garantía fundamental para la existencia del Estado Democrático.

C) LA CALIDAD CIUDADANA. Me queda claro que en Alemania, Francia o el Reino Unido, sus habitantes no se consideran simples votantes, sino CIUDADANOS PLENOS que tienen claros sus derechos y también el deber de cumplir con sus obligaciones, como equilibrio indispensable para el funcionamiento de toda comunidad democrática que pretenda vivir en armonía.

Siempre he despreciado aquél patético refrán que dice “Estamos como estamos, porque somos como somos”. Y lamentablemente, ese dicho popular es bastante acertado de cara a nuestra realidad pasada y presente.

En este sentido, y visto todo lo anterior, creo con convicción que los mexicanos podemos y debemos cambiar. Nuestros valores y nuestra templanza y solidaridad frente a la adversidad han demostrado, a lo largo de nuestra historia, el poder real de los mexicanos cuando decidimos darlo todo.

Claro que podemos quitarle la mayoría legislativa al partido en el poder en el año 2021 e incluso podemos mandar a su casa a quienes hoy gobiernan patéticamente a México.

Frente al sombrío futuro al que nos dirige el gobierno de la 4ª Transformación, toda la sociedad mexicana (ciudadanos, trabajadores, empresarios, sindicatos, medios informativos, intelectuales, académicos, artistas, inversionistas, etc) estamos obligados a cambiar nuestras aptitudes y actitudes. SER Y ACTUAR CON CONVICCIÓN CIUDADANA.

México puede y va a cambiar. México defenderá sus derechos y libertades democráticas, aunque se oponga el Presidente López. México puede y debe hacerlo. Sí se puede. ¡claro que se puede!

graue.cap@gmail.com

Bernardo Graue Toussaint
Bernardo Graue Toussaint
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último