Ardía septiembre bajo un calor sofocante, un sol abrasador. Pasaba el aire cálido por la calle blanca, estrecha, pura. Y se juntaron en la sobremesa tórrida la sevillanía, la pureza y el clasicismo.
Hablaban del toreo, del toreo bueno..
Repasaban siglos de torería, años de lances de oro, leyendas de albero y seda, tardes de gloria y Puerta Grande, historias de muleta y de luces, cuentos de chimenea y Maestros,
versos de Sevilla y de Talavante..
Pasaba la caliente brisa por la tardecita…
Y la sevillanía y la pureza y el clasicismo se emocionaban hablando de emociones.. y estaban de acuerdo en mencionar a un torero que reunía todas esas cualidades. Era de Sevilla y se llamaba Aguado..
Pablo Aguado!
Dedicado a Pablo Aguado y a Pablo
A Sevilla y mis sevillanos
Al grupo Albriux
A Luis
A Carlos
A mi mago
A la gente de verdad
Y a la pureza