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“El Arte de la Guerra”

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Hasta principios del siglo pasado, ir a la guerra era una aventura romántica en la que el soldado tenía la oportunidad de bañarse de gloria y convertirse en héroe. Para los ciudadanos, la guerra significaba desfiles masivos, elegantes vestimentas para demostrar poder, y fiestas nacionales para subir la moral. Los estadistas de antaño la utilizaban para consolidar su liderazgo, y tratar de formar parte del privilegiado círculo histórico-político de los príncipes expertos en estrategia militar.

En 1914 todo cambió; países declararon la guerra con pasión, fueron al campo de batalla en busca de laureles, y lo que encontraron fue sangre.

Así como los estadistas procuraban formarse en el arte de la guerra para mantenerse a la vanguardia, también desarrollaban sus armamentos bélicos para que fuesen más letales. La humanidad no se había dado cuenta de lo fatídico que podría ser el desarrollo de estas tecnologías, hasta que la primera Gran Guerra cobró dieciséis millones de vidas.

Con estas dieciséis millones de vidas sobre la espalda (más las acumuladas en cien años), el soldado ahora va a la guerra porque es una opción que le dará seguridad económica por las prestaciones que implica ser parte del ejército, entonces arriesga su vida para poder vivir. Para los ciudadanos significa la partida de gente querida que tal vez no regrese, y la ansiedad de saber que personas mueren por una causa a la que perteneces sin quererlo. Los estadistas actuales la usan para obtener recursos (minerales o económicos), a expensa de su población joven y necesitada.

Por esto, cuando ahora anunciamos una guerra ya no lo hacemos con emoción, lo hacemos con preocupación.

Con preocupación les comparto que hace un par de días fue presentada, por la dictadura de Turquía, la Operación Paz de Primavera, la cual consiste en la invasión de la zona norte de Siria para replegar los asentamientos Kurdos en el área, y así crear una franja de seguridad dentro del territorio sirio.

La preocupación no solo yace en el acto en sí, también preocupa que el ejército turco actúe para eliminar a los kurdos.

Los kurdos son una de las naciones sin territorio más grandes del mundo, se encuentran propagados por distintos países del Mediterráneo, y por generaciones han sido perseguidos por su etnia. Uno de los muchos grupos que intentaron reprimir a los kurdos, fue la célula terrorista del Estado Islámico. Ante esta amenaza, los kurdos formaron milicias y ayudaron a neutralizar al Estado Islámico con la ayuda de Estados Unidos.

Tras las confrontaciones con el Estado Islámico, los kurdos adquirieron reconocimiento internacional por su valiosa ayuda. A pesar de esto, su mayor aliado, Estados Unidos, les acaba de dar la espalda permitiendo, de facto, el acceso de las tropas turcas a Siria.

Hace unos meses, Donald Trump anunció que debido a que el Estado Islámico se encontraba neutralizado, las tropas estadounidenses no tenían motivo para permanecer en Siria, por lo que las regresaría a casa.

En principio la idea suena estupenda, pero tras analizar el tema con un poco más de profundidad, nos damos cuenta que las tropas americanas sirven para dar estabilidad a una zona crítica; y entre otras cosas, le brindaban seguridad a los kurdos, que es lo mínimo que se les puede dar tras los esfuerzos que hicieron contra el Estado Islámico.

Está de más decir que Turquía no está presentando esta campaña como un genocidio kurdo por las consecuencias internacionales que esto implicaría. La manera en que Recep Tayyip Erdogan, dictador de Turquía, justifica su intervención, es diciendo que el grupo militar kurdo Unidades de Protección a la Gente (YPG) se encuentra vinculado con el Partido de Obreros de Kurdistán (PKK), el cual es considerado internacionalmente como un grupo terrorista. Ambos grupos han negado cualquier tipo de relación, pero esto no es suficiente para Erdogan, quien afirma que tener comunidades del YPG cerca de su frontera es un riesgo.

Unidades de Protección a la Gente es el encargado de la parte militar de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que es la alianza creada entre milicias y grupos de poder con el fin de conseguir una Siria democrática y descentralizada.

El YPG tiene de veinte mil a treinta mil elementos, pero estos no le serán suficientes para hacer frente al ejército de Turquía, por lo que necesitan ayuda de la comunidad internacional para conseguir detener el conflicto armado, y llevarlo a mesas de diálogo.

Mientras eso sucede se están perdiendo vidas por las armas.

Hablar de este tema es difícil porque los protagonistas son personas que tienen una concepción distinta de la vida. Lo que nosotros, en nuestro paradigma occidental, consideramos como prioridad, del otro lado del mundo lo consideran diferente. Tenemos distintos valores y proyecciones de vida, moldeados por lo que nos ha tocado vivir como sociedad, por lo que es incorrecto pretender que mi manera de ver las cosas es absolutamente buena.

Tal vez habrá algún turco que justifique válidamente, de acuerdo a su concepción, la invasión a Siria; o tal vez haya algún kurdo que celebre el enfrentamiento, porque así es su concepción por lo que ha vivido.

Yo, por el paradigma occidental en el que vivo, defiendo la democracia y los derechos humanos, y tomo postura con base en eso. Sin embargo, comprendiendo que los demás piensan distinto a mí y que no todos procuran lo que yo, puedo aspirar a tener un entendimiento más objetivo de lo que está sucediendo.

¿Fácil? Para nada. De hecho, bajo mi concepción de yucateco, lo que más me gustaría es que se haga la paz lo más pronto posible; pero qué puedo decir, del “Arte de la Guerra” solo sé lo que me enseñó Sun Tzu.

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