Por: Roberto Uscanga Hernández.
Marzo de 2018 marca el despegue político de Verónica Camino Farjat bajo la sombra de las fracturas priistas que condujeron a la debacle del tricolor en el pasado proceso electoral: al obtener la candidatura del PVEM y el PRI en la segunda fórmula al Senado por Yucatán los desacuerdos desembocaron en la denuncia virtual de Celia Rivas Rodríguez, quien acusó ser víctima de una venganza por parte de su ex compañero de partido, Víctor Caballero Durán.
Para la senadora yucateca atrás quedaron los días en los que, con ayuda de uno de sus padrino políticos, Liborio Vidal Aguilar, consiguiera un primer puesto público como Jefa de Departamento de Capacitación del CEDEM (Centro Estatal de Desarrollo Municipal del estado de Yucatán); al mando de William Sosa Altamira.
Ambos políticos, representantes de los cacicazgos más arraigados en el centro y oriente de Yucatán vivían sus mejores épocas bajo el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, quien al llegar al poder otorgó generosos espacios a todas las corrientes políticas locales de su partido.
Más adelante, con la llegada de Rolando Zapata, Víctor Caballero Durán como secretario General de Gobierno la carrera de Camino Farjat es impulsada con la titularidad del Cepredey , cargo que mantiene hasta el proceso electoral de 2015, al engrosar la lista de “juniors políticos” que aspiraron a un puesto de elección popular: Pablo Gamboa Miner, Nerio Torres Arcila, Jorge Carlos Ramírez Granados, Jéssica Saidén Quiroz y Camilo May Catzín, entre otros.
Hoy la carrera política de Verónica Camino transita por un escenario totalmente distinto a sus primeros años de formación política bajo las siglas del PRI. Y aunque posee en su juventud un buen capital político -así lo ha reconocido su compañero Jorge Carlos Ramírez Marín- esta juventud, sin embargo, no está exenta de algunas limitaciones que ya causan preocupación en algunos sectores de la sociedad.
En la pasada clausura de la Expo Vivienda empresarios del ramo expresaron su preocupación ante una propuesta de la senadora Camino Farjat de modificar la Ley del Infonavit -no menciona qué artículo o qué Ley desea reformar en su propuesta- a fin de que la mujer divorciada o abandonada por su pareja pueda continuar pagando el crédito del Infonavit contraído por el esposo.
En primer lugar, señala la senadora, la ex pareja podría aportar a su ex marido lo que éste haya pagado al Infonavit al momento del divorcio o abandono menos el valor de lo que ella aportaría en trabajo doméstico.
Es loable la idea de apoyar a las mujeres divorciadas o abandonadas, sin embargo, la propuesta, según especialistas del ramo viviendero y jurídico podría ser técnica y legalmente inviable pues la senadora no tomó en cuenta que el derecho a la propiedad ya está contemplado en los códigos civiles estatales y federales, aún cuando alguno de los cónyuges atraviese un proceso de divorcio o separación voluntaria o involuntaria.
La inviabilidad técnica, según comentan, radica en definir cuál sería la unidad de medida del trabajo doméstico que propone Camino Farjat. La hipotética existencia de la “UMD” (Unidad de Medida Doméstica) para “cuantificar” el valor del trabajo que ha desempeñado un mujer divorciada o abandonada puede tornarse en un galimatías jurídico sobre todo cuando se trate de créditos cofinanciados con otras entidades financieras, eso sin tomar en cuenta aquellos créditos que se hayan utilizado para el pago de otras deudas hipotecarias contraídas con anterioridad.
El artículo 44 de la Ley del Infonavit establece que el Instituto otorgará, a solicitud del trabajador, créditos, en pesos o Unidades de Medida y Actualización pero no podrá actualizar el saldo en moneda nacional a una tasa que supere el crecimiento porcentual de dicha UMA durante el mismo año. La justificación del Infonavit es lógica, pues se trata de mantener la viabilidad financiera de la entidad ante las constantes alzas del salario mínimo.
Por ello, los vivienderos y representantes del sector inmobiliario no pueden estar errados cuando afirman que la propuesta de reforma a la Ley de Infonavit anunciada por la senadora Verónica Camino carece de fundamento legal y no aportaría nada nuevo para las mujeres en desamparo y sí en cambio, promovería restricciones y candados que únicamente encarecerían uno de los legados más visibles del PRI como el derecho a una vivienda digna por medio del crédito Infonavit.
La senadora anunció esta propuesta durante su ponencia en el 11° encuentro de la Red Parlamentaria para la igualdad de Género de Parlamericas, acto en el que también anunció su nombramiento como Vicepresidenta para América del Norte de la Red Parlamentaria para la Igualdad de Género. Recientemente, anunció un viaje a Costa Rica para participar en los trabajos de dicha red.
En el Senado, el PVEM tiene apenas 36 iniciativas presentadas, en tanto que el grupo legislativo de Morena tiene 300 iniciativas presentadas; el PAN suma 215; el PRI, 102; MC, 96; el PRD, 86; el PT, 82; y el PES, 24. De las 36, Verónica Camino participa como promovente en 9 iniciativas junto a otras senadoras.
Dada la pobreza de iniciativas de uno de los partidos que la postuló en el 2018 los rumores de una posible separación de Camino Farjat del PVEM para irse hacia Morena junto a Liborio Vidal Aguilar crecen cada vez más en círculos priístas. En el fondo, señalan, no parece recibir línea de ningún priista ligado al gobierno de Rolando Zapata.
Sin embargo, en el interregno, es preciso apuntar que el camino de Verónica Camino todavía es muy largo y en contraste con otras senadoras yucatecas más experimentadas como Dulce María Sauri o la ex senadora Beatriz Zavala Peniche, un rostro joven en el firmamente político yucateco no siempre es un sinónimo de cambio.
Roberto Uscanga Hernández
15 de Octubre de 2019
robuscanga@hotmail.com