En un acto de vandalismo que ha conmocionado al mundo, un grupo de activistas roció una sustancia naranja sobre las piedras del icónico monumento de Stonehenge en Inglaterra. La policía británica ha arrestado a varios individuos implicados en este acto, que ellos justificaron como una protesta contra la inacción ante el cambio climático.
Stonehenge es uno de los monumentos prehistóricos más famosos del mundo, ubicado en Salisbury Plain, Wiltshire. Construido en varias fases entre 3000 y 1520 a.C., este conjunto de piedras monumentales es un sitio de inmenso valor arqueológico e histórico. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, Stonehenge ha sido un símbolo de la ingeniería y las prácticas ceremoniales de las antiguas sociedades neolíticas y de la Edad de Bronce.
El ataque ocurrió en la madrugada del 19 de junio de 2024. Los activistas, cuyo grupo aún no ha sido oficialmente identificado, utilizaron una sustancia naranja para vandalizar las piedras del monumento. Según la policía, los detenidos argumentaron que su acción era una forma de llamar la atención sobre la falta de medidas efectivas para combatir el cambio climático. Este acto de vandalismo ha sido ampliamente condenado por autoridades y organizaciones de conservación del patrimonio.
El daño a Stonehenge es una tragedia no solo para el Reino Unido, sino para el mundo entero. Stonehenge es un sitio que atrae a millones de visitantes cada año y es un símbolo de la rica herencia cultural de la humanidad. La restauración y limpieza del monumento requerirán un esfuerzo considerable y podrían no ser capaces de devolverlo a su estado original. English Heritage, la organización encargada de la gestión de Stonehenge, ha expresado su profunda preocupación por este ataque y ha reafirmado su compromiso de proteger este y otros sitios históricos.
Este incidente subraya la necesidad de equilibrar la protesta y la preservación del patrimonio cultural. Si bien la lucha contra el cambio climático es crucial, el vandalismo de monumentos históricos no es una forma aceptable de promover la causa. La comunidad global debe trabajar unida para proteger estos sitios, asegurando que sigan siendo parte de nuestra herencia cultural para las futuras generaciones.
