Tiempo de escribir
Armando Escalante Morales
El horno no está para bollos, dicen coloquialmente cuando debemos ocuparnos solo de temas graves, y no de asuntos banales. Mejor refrán no aplica para los lugareños de esta Península al punto de sufrir al peor huracán de los últimos 20 años.
Miren que tener un cambio de gobierno encima, con funcionarios que no terminan de irse y otros que no salen del asombro de haber ganado y que aún no se sientan en la silla, no es la mejor forma de enfrentar la temporada de huracanes.
El viernes pasado comenzaron a darse los anuncios de que el destructor huracán Beryl venía hacia nosotros pero ninguna autoridad local previene a los incautos ciudadanos de que sus vidas han cambiado y todo depende de que haya electricidad e internet. Sin estos dos elementos muchos no sabrán qué hacer.
En un texto que redacté para mis redes sociales, recordaba solo algunas cosas relacionadas con el paso de huracanes, que según yo desconocen todos los que tienen entre 20 y 30 años de edad.
La publicación enseguida encontró muy buena respuesta y más de 9,000 personas la hicieron suya en 48 horas. Esto es porque se carece de una autoridad que se ocupe de enseñar a las nuevas generacionessobre qué es un huracán.
Por ejemplo comentaba que debido al alto riesgo que se registra por los fuertes vientos que deriva en postes y árboles caidos que revientan cables, la Comisión Federal de Electricidad suele desconectar la energia en toda la península. Así lo ha hecho en los últimos 4 huracanes intensos de 30 años para acá.
Al no haber electricidad no habrá teléfonos celulares —porque como sostengo desde hace mucho tiempo, las torres repetidoras (células) no tienen baterías de respaldo— por una deficiencia en las compañías de comunicación tolerada por las autoridades.
Al desconectar la CFE la electricidad no habrá internet ni módem en las casas. Por tanto la incomunicación será de ida y vuelta. Y sin electricidad tampoco hay bombas de agua de la Japay.
Asi que no habrá agua potable y la que es almacenada en cisternas ahi se quedará porque usted la sube a su tinaco con la ayuda de una bomba que requeire electricidad.
En mi texto les sugiero que todos llenemos antes cubetas, ollas, tambos etc. mínimo para 5 u 8 días para baños y reserven para tomar.
Volviendo al tema de la incomunicación, al no haber electricidad no habrá internet
Y no habrá forma de enterase de noticias. El celular solo funciona en estos casos para llamadas si bien nos va y para mandar mensajes detexto o sea que no son de whats app.
Esta generación de 30 años ignora qué es un radio portátil de baterías. La mayoría por supuesto NO tiene uno en casa y tampoco sabe usarlo. Sirven para escuchar las noticias sobre temas importantes cuando pasan estas cosas llamadas huracanes pero eso no lo comprenden los jóvenes.
Las estaciones de radio serán la única forma de saber qué pasa si es que las radiodifusoras tienen plantas propias de electricidad y sus antenas no se caen.
No habrá cajeros electrónicos para sacar dinero; puede que por mucho tiempo porque no solo es la electricidad sino los sistemas propios de cada banco se desconectan. Sus canales de microondas igual se dañan. En Gilberto (1988) nos quedamos un mes sin electricidad en muchas colonias de Mérida. Y la torre de Telmex de microondas se derrumbó dejando sin comunicación a miles de personas.
Entre mis recomendaciones les puse que “no se olviden de comprar velas, tener cerillos, y un par de lámparas de mano. No se acabe el foco de su celular.
No habrá neveras, ni hielo. Compre algo de reserva, haga su propio hielo de una vez. Sus mascotas sobretodo las que viven en el patio están en riesgo. Vea de una vez dónde meterlas.
Aleje sus vehículos de algún árbol que pueda caer. Estacione en posición de salida. Proteja sus ventanas sobretodo si está en segundo piso. Si vive más alto, piense que hacer de una vez.
La mayor parte de los habitantes que tienen entre 20 y 30 años de edad no saben qué hacer porque no lo han vivido o eran niños cuando en 2007 pasó cerca el último huracán que se llamó Dean.
Y quienes llegaron a vivir aquí a Yucatán desde 2008 en adelante, tienen que tomar en cuenta todo esto.
El xix.— Ante la carencia de información y de planes de autoridades locales para educar a una sociedad desinformada e ignorante de los riesgos que vivirá, las medidas que debemos adoptar para enfrentar el paso de un huracán son independientes de que Beryl llegue o no el próximo fin de semana. Hay 200 mil personas que vinieron de otros estados a vivir con nosotros que no saben lo que les espera en materia de falta de servicios y de problemas en la ciudad. Ni idea tienen.Deseamos que este meteoro se desvíe cuando menos unos grados y que su fuerza destructora de 200 ó 300 kph se vea aminorada al pegar a la Costa Peninsular. No estamos para requerir ayuda del gobierno del orden que sea.