Por Roberto Uscanga Hernández
Indudablemente cuando una campaña no logra el éxito, todos de manera inercial empiezan por buscar quien o quienes, son los culpables o quienes fueron los que cometieron los mayores errores, de tal manera que pueda justificar sus propias incapacidades. Y el caso de la derrota de Renan Barrera candidato del PAN en Yucatán no es la excepción.
Pero analicemos el caso con la mayor frialdad y objetividad posible.
El resultado.
El candidato Renan Barrera pierde por más de 114 mil votos de diferencia lo que significa casi -10% puntos porcentuales, para entender la proporción, en 2018 el PAN gana la gubernatura por un margen de + 3.4 % lo que significa una diferencia porcentual entre la campaña de Renan y la del 2018 de 12 puntos de diferencia negativa.
El candidato Renan Barrera logra ganar la ciudad de Mérida por poco más de 9 mil votos, mientras que Cecilia Patrón en la misma ciudad, el mismo elector, el mismo momento, la misma casilla, gana Mérida por más de 53 mil votos, más de 43 mil meridanos le dijeron al tres veces alcalde de la ciudad de Mérida que lo reprobaban, que no le daban o ratificaban su confianza, pero al PAN en la figura de la señora Patrón Laviada sí.
El candidato Renán Barrera es derrotado en el estado a pesar de haber obteniendo 42 puntos de la votación, los cuales le fueron aportados como candidato común en la siguiente proporción partidaria; del PAN 34 puntos, del PRI 6.5 y de Nueva Alianza 1.5, resultando vencedor únicamente en 10 municipios del estado incluyendo Mérida, pero el PAN logra ganar 30 ayuntamientos, el PRI 24 y Nueva Alianza 7, quiere decir que los partidos aliados a la campaña del candidato a Gobernador ganaron 61 ayuntamientos en su conjunto.
La línea del tiempo.
Es importante establecer una línea del tiempo para entender el contexto general y el desarrollo de la planeación estratégica del equipo que asesoró, condujo, influyó, coordinó y finalmente tomó todas y cada una de las decisiones que fueron labrando ladrillo a ladrillo el destino final de esta contienda.
En el mes de mayo del 2023 prácticamente un año antes de la elección, diversos personajes manifestaron sus intenciones de contender por la candidatura del PAN a la gubernatura, Cecila, Renán, Liborio, Julián y Rommel, iniciaron una serie de acciones desde reuniones con diversas estructuras político partidistas, el despliegue de espectaculares, bardas, entrevistas y la utilización de otros medios diversos de difusión. Como consecuencia de esa precampaña interna anticipada el 15 de agosto de ese mismo año en una reunión en el CEN del PAN, se publicó y se dijo que “después de una serie de encuestas y sondeos se determinaba que el aspirante mejor posicionado que encabezaría al equipo Yucatán sería Renán Barrera”. Así se conforman y pactan una serie de acuerdos con relación a todos los demás aspirantes y Renán Barrera asume la estafeta a partir de ese momento, 292 días antes de la elección.
El 22 de octubre del 2023 en una reunión convocada por el Comité Estatal del PAN con la presencia del Gobernador y todo el sistema PAN, compuesto por todos aquellos que tienen un cargo de elección o de dirigencia en todos los niveles, que tuvo como único tema definir si se realizaba o no una candidatura común con el PRI, en virtud de que la inmensa mayoría de los miembros se oponían a dicha posibilidad, sin embargo Renán Barrera y su equipo estaban decididos, convencidos y pactados con ponerse la piel de lobo que en ese momento representaba el PRI en Yucatán, pues el 46% de la población manifestaba que era el partido por el que nunca votaría, el 67% tenía una opinión mala o muy mala y por si fuera poco tenía en ese momento el 3% de intención de voto en el estado y a pesar de toda la argumentación racional y estratégica, ellos decidieron que sí, que era oportuno y estratégico poseer esa candidatura y cerrar la elección en una contienda entre dos, por eso en esa reunión plenaria se determinó que esa decisión sería responsabilidad única y exclusivamente del candidato a Gobernador que en ese momento era el Coordinador Estatal del equipo Yucatán Renán Barrera.
El 2 de noviembre del 2023 se registra formalmente como el único aspirante a la candidatura a Gobernador, lo que le permite iniciar 123 días de campañas formales, una precampaña del 20 de noviembre al 2 de enero del 2024 (43 días) y posteriormente una campaña que iniciaría del 1o de marzo al 29 de mayo (90 días).
Los desaciertos.
Cuando un equipo es guiado exclusivamente por la soberbia, cuando no aceptan ni necesitan ayuda de nadie, cuando tienes todo, cuando sabes todo, cuando sumar es tu principal deficiencia, cuando eres incapaz de planear y hasta de comunicar, cuando te encierras en una absurda burbuja de altanería, cuando tu único recurso es aporrear la mano en la mesa y levantar la voz… sólo se puede perder.
Inocente o ilusamente creyeron y se convencieron de que en política 2 más 2 son 4, al pensar que el PRI les daría los 23 puntos de aquel ya muy lejano y nostálgico 2021 y que finalmente sólo aportó a la boleta de Gobernador un 6.5%, que en términos estadísticos de cada 10 priistas que estaban disputando su voto, 3 votaron por el PAN y 7 por MORENA obteniendo un remanente electoral del 40% de todo el voto PRI. En otras palabras el PRI aportó poco más 80 mil votos a Renán Barrera, pero el ex PRI o los priistas que no se sintieron representados o identificados con Renán Barrera le aportaron al candidato de MORENA más de 203 mil votos, lo que se traduce en una utilidad cuantitativa de más de 123 mil votos, cuando la derrota fue por un margen de 114 mil.
Nunca entendieron y nunca quisieron entender que NO ir con el PRI, no era un asunto de gustar o no gustar, de fobias o de cariños, simplemente era un tema estratégico, para que el PAN pueda ganar la elección solo podía ser si la elección era entre 3, nunca tendría, como nunca tuvo oportunidad de ganar en una elección de 2, muy simple, el PAN solo tiene y así lo demuestra su historia electoral 36% (+/- 2%) de los votos, por lo tanto solo puede ganar en tercios, principio básico para plantear una estrategia con posibilidades de triunfo.
En 2018 el PAN gana la gubernatura con el 38%, en 2021 el PAN gana 14 de 15 distritos con el 34.7% y Renán Barrera es derrotado con el 42% de votación, muy simple, la diferencia fue las dos anteriores fueron elecciones de 3 y la actual de 2. Y esta reflexión no se está haciendo cuando todo ya pasó, este argumento estuvo siempre sobre la mesa, pero la soberbia pesó más, la miopía política y la incapacidad analítica, pudieron más que la simple razón.
El escenario de 3 contendientes consistía en NO ir en candidatura común con el PRI y provocar el siguiente resultado; si el hoy derrotado Renan Barrera obtuvo entre el PAN y PANAL el 35.5% (real obtenida el 2 de junio), para vencer a MORENA y aliados (por un margen de 1.5) habría que dejarlos con el 34.0% de la votación. Si analizamos los resultados de la votación el PRD 0.5% (votación real obtenida), Movimiento Ciudadano el 3.8% (votación real obtenida), los votos nulos el 2.2% (votación real obtenida), la meta del PRI hubiese sido obtener el 24% solo un punto más de lo obtenido en el 2021.
Cómo lograr que el PRI obtenga esa votación, primeramente que tenga candidato propio pues Renán Barrera nunca fue candidato de ellos, nunca lo vieron así, es más nunca se sintió, ni él, como el candidato del PRI, que el priismo disponga de todas sus candidaturas era la única manera de llamar a los que se fueron, era la única forma de que regresen ofreciendo los espacios de competencia que en su nuevo partido tampoco obtendrían, como así lo fue, pero mejor se optó por menguar a un aliado y minimizarlo a tan solo 12 candidatos a diputados locales de 21 y con 46 candidatos propios de 106 a las alcaldías de Yucatán, lo que le permitió a nivel diputaciones el 8.5% de la votación y en ayuntamientos el 14% de la votación total, luego entonces un PRI autentico y completo podía intentar llegar a 24 puntos, era totalmente viable. Absorberlo siempre fue una táctica equivoca y suicida.
Podrían pensar que estas condiciones políticas, estratégicas y hasta coyunturales no eran predecibles y que son sólo especulativas, cosa que por su propio peso argumentativo no es así, sin embargo fallar hasta en lo más básico, en lo que está a tu total alcance eso es inaudito y nos referimos a la pésima planeación, la falta de seriedad para con todos los candidatos de todos los niveles, que todos los días salían a luchar a las calles intentando convencer a la ciudadanía pidiendo el voto para sí y para el candidato a gobernador y resulta casi fantasioso y hasta parecería calumnioso pero desgraciadamente cierto, que el candidato a gobernador no visitó, no caminó, no realizó un solo evento político público en 16 municipios y en 14 acudió cuando sólo él era candidato y los candidatos a las alcaldías aún no, por lo que también reclaman que no hizo campaña con ellos, lo que deja un saldo de inconformidad de 30 municipios. Y esta agenda, sólo estaba en las manos del candidato y su equipo, era la mínima cosa o aportación que tenían que cumplir y no la cumplieron.
Así que por más culpas que quieran repartir solo existe un responsable, solo existe un equipo que llevó al fracaso, el trabajo y el esfuerzo de cientos de candidatos a alcaldes, a regidores y a diputados, candidatos que sí caminaron, que sí hicieron la tarea, que rindieron al máximo, que le dieron la cara a los electores, que asumieron de frente los compromisos y que tuvieron que cargar con el excesivo peso de una pésima campaña estatal.
Buscar culpables de tus ineficiencias, echar culpas de tus fracasos e ignorar los motivos de tu derrota es peor que no saber cómo se gana.
Cuando una campaña no tiene timón, cuando una campaña no tiene capitán, cuando en una campaña no existe planeación, cuando en una campaña es más importante el festejo que el cómo ganarla, cuando una campaña no se sabe cómo ganarla, simplemente no se gana.