Salieron a caminar por la ciudad vestida de luz dorada, de diciembre, de magia! Qué bonito estaba todo! Francisco Javier, el mayor, jamás soltaba de la mano a Pedro: el menor. Junto a ellos iban Carlos, Hugo, José María, y la única niña de los hermanos: Paulina. Los acompañaban Lourdes, amiga de Paulina, y el niño morantista, amigo de todos ellos. Y el padre del niño morantista con todo el grupo, atento y amable y puro…
Visitaron en primer lugar el belén de la plaza de Victoria! Tan tradicional… podía uno cerrar los ojos e imaginarse cincuenta años antes… qué divinas son nuestras costumbres! Después callejearon… Pedro iba feliz. Encantado! Francisco Javier le adoraba! El pequeño de la familia, con síndrome de Down, veía el mundo con su mirada especial, con su nobleza de corazón, con su latido sin maldad… Qué dulzura…
Y pasaba la tarde, entre luces y villancicos, mientras olía a castañas y a turrón..
Dedicado a cada niño como Pedro
A cada persona con una discapacidad, os admiro en vuestra lucha
A cada Francisco Javier
A Morante
Al padre del niño morantista
Al jefe
A los que aman los belenes
A nuestras tradiciones
A mi Luis
A Carlos, Hugo y demás niños mencionados
A España
