Por Marco Antonio Cortez Navarrete
¿Se ha fijado usted que en los supermercados de Mérida cada vez es más notorio el pago automatizado, sea en efectivo o con tarjeta?
Este proceso se realiza de manera gradual, bajo la supervisión de personal de los mismos supermercados que enseñan con paciencia cómo hacer los pagos.
Mientras tanto, las y los cajeros tradicionales miran con incertidumbre el cambio en los procedimientos para adquirir bienes de consumo y más tristes aún, a lo lejos, sentados esperando su turno las personas de la tercera edad —hombres y mujeres—, muchos de los cuales viven de las pocas monedas que reciben de los clientes.
Además, y ante la eliminación de las bolsas de plástico por ser focos de contaminación, las y los llamados “cerillos” sacan de entre sus cosas algunas bolsitas con el fin de que los clientes los tomen en cuenta y en lugar de darle solo las gracias, los apoyen con lo que sea, no importa si es un peso, metal monetario en extinción.
¿Dependes de esto o eres jubilado? le pregunté al señor que amablemente me entregó los artículos que compré.
“Si”, respondió. ¿Por el IMSS?, pregunté de nuevo. “Así es señor”, fue la respuesta y la tercera pregunta me dejó con la boca abierta: ¿y cuánto dinero a manera de pensión tienes del IMSS?
“Tres mil pesos al mes”, respondió ahora viéndome fijamente a los ojos y señalando: “Por eso estoy aquí”.
¿Quienes viven con tres mil pesos, es decir, 100 pesos al día?, subrayó y mirando a sus compañeros a unos metros esperando su oportunidad para recibir algún apoyo monetario añadió: “Así está más del 50 por ciento de las personas que usted ve y los demás, no tienen pensión alguna, viven de milagro, con la bendición de Dios”.
Aquí es cuando recordé lo afortunados que son las mujeres y los hombres con pensiones y jubilaciones dignas, producto de treinta o más años de labores ininterrumpidos.
Según la Ley, todas y todos los trabajadores de los sectores productivos (público, privado y social) tienen derecho a pensionarse y/o jubilarse y de estar forma vivir lo más decorosamente posible el resto de sus vidas.
Aun así la vida es una caja de sorpresas y para muchos, cientos o tal vez miles, el ansiado y anhelado retiro nunca llegan por no tener derechos y en otros casos lo disfrutan breve tiempo y a otros más el final de sus vidas transcurre en las calles y avenidas o tal vez buscando algo de comida en los basureros sin importar el grado de descomposición.
Y si volteamos la mirada al las pequeñas poblaciones del interior del estado incluyendo colonias de las cabeceras municipales veremos rostros muy similares clamando por un pedazo de pan agua potable y luz eléctrica.
Ahí, a esos lugares donde acude el gobernador electo para agradecer el voto recibido se aprecia por centenares la falta de educación y escuelas con predominio del hambre y la desesperanza multiplicándose cada segundo e impactando no solo ancianos, también a los hombres en edad productiva y mujeres que luchan cada que sale el Sol por darle alimento a sus hijas e hijos.
Será aquí donde veremos de qué está hecho el gobernador electo que sin ejercer el poder aún ya se comparó con Felipe Carrillo Puerto pasando por encima de Víctor Manuel Cervera Pacheco de quien, por cierto, este domingo 18 en la parroquia de San Sebastián se celebrará una misa con motivo de los 20 años de su fallecimiento.
Veamos de que estás hecho Huacho, esperando no termines tu gestión con la necesidad de tener a ocho guardaespaldas que reflejen el estado de tu conciencia.
Hasta la próxima estimados amigo
