El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, optó por no pronunciarse sobre las recientes declaraciones del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, quien advirtió que la aprobación de la reforma judicial mexicana podría afectar las relaciones bilaterales entre ambos países. Durante su conferencia de prensa matutina de este miércoles, el mandatario mexicano evitó entrar en detalles y mantuvo una postura tranquila ante las advertencias del diplomático.
“Sin comentarios. O sea, uno es dueño de su silencio, a veces rehén de lo que dice. Ya hablamos [con Ken Salazar] en su momento, está muy claro, ya se entendió”, declaró López Obrador. Su respuesta se dio después de que, el día anterior, el embajador Salazar alertara sobre los riesgos que podría implicar la reforma judicial para la relación México-Estados Unidos.
En una conferencia de prensa, Salazar expresó que, si bien se necesitan reformas para fortalecer la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), éstas deben implementarse adecuadamente para evitar daños en las relaciones bilaterales. “Si no se hace de manera bien puede traer muchísimo daño en la relación”, afirmó el diplomático estadounidense, citando preocupaciones provenientes de empresarios y políticos que buscan lo mejor para ambos países.
A pesar de estas advertencias, López Obrador minimizó las implicaciones de la reforma judicial y aseguró que “no pasa absolutamente nada” con su aprobación. Además, destacó que México sigue siendo uno de los países más atractivos para la inversión extranjera, argumentando que el país cuenta con la mano de obra más competitiva del mundo y su cercanía con Estados Unidos como factores clave. “¿Cómo creen que no van a seguir llegando inversiones si tenemos lo mero principal [la mano de obra]?”, cuestionó el presidente.
El mandatario también recordó que México es un país soberano e independiente, subrayando que el país ha desplazado a China y Canadá como el principal socio comercial de Estados Unidos durante su sexenio. Con más de 3,180 kilómetros de frontera compartida con el mayor mercado del mundo, López Obrador resaltó que México se encuentra en una posición favorable para atraer inversiones extranjeras.
No obstante, la reforma judicial sigue generando incertidumbre tanto a nivel nacional como internacional. La propuesta de elegir jueces y magistrados mediante voto popular, con elecciones programadas para 2025 y 2027, ha despertado preocupaciones entre inversionistas estadounidenses y canadienses, que temen que la medida pueda afectar la estabilidad del sistema judicial y la seguridad jurídica en México.
Además, la reforma ha provocado volatilidad en los mercados, especialmente en el tipo de cambio entre el peso mexicano y el dólar, debido a la falta de certidumbre sobre cómo afectarán estos cambios al clima de inversión en el país.
La reforma judicial impulsada por López Obrador, que busca transformar el sistema judicial mexicano, ha sido objeto de críticas tanto dentro como fuera del país. Mientras que el gobierno mexicano defiende la iniciativa como una medida para democratizar el poder judicial y combatir la corrupción, sus detractores advierten sobre posibles repercusiones negativas para la inversión extranjera y las relaciones diplomáticas con socios comerciales clave como Estados Unidos y Canadá.