La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Loretta Ortiz, ha destacado públicamente su afiliación política al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), afirmando con orgullo ser una de las fundadoras del partido. Ortiz agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador por su nominación y subrayó que todos sus votos en la Corte han sido “en favor del pueblo”. En un acto frente a miles de estudiantes, la ministra reiteró su apoyo a la polémica reforma judicial, reafirmando su compromiso con los derechos del pueblo.
Esta declaración ha generado controversia, ya que Ortiz ocupa uno de los cargos más importantes dentro del Poder Judicial, y su afiliación a Morena plantea interrogantes sobre la imparcialidad en sus decisiones judiciales. Para algunos críticos, la declaración refuerza los vínculos entre el partido en el poder y el sistema judicial, mientras que sus partidarios ven en su postura un compromiso genuino con los intereses de la ciudadanía.
Durante el evento, Ortiz expresó su gratitud a los jóvenes por su apoyo a la reforma judicial y reiteró que su mandato como ministra está centrado en servir al pueblo. Según la ministra, las resoluciones que ha emitido, tanto en temas de electricidad como de derechos humanos, han sido siempre guiadas por el bienestar de las mayorías.
Sin embargo, esta posición ha sido motivo de críticas, ya que algunos observadores consideran que su cercanía con Morena podría influir en la independencia de sus decisiones judiciales. Las reformas al Poder Judicial, promovidas por el gobierno de López Obrador, buscan una mayor participación popular en la elección de jueces, lo cual ha generado un intenso debate en la arena política y jurídica de México.
Ortiz, junto con su colega Lenia Batres, participó en una manifestación donde se expresaron consignas en contra de la presidenta de la Suprema Corte, Norma Lucía Piña, lo que refleja la creciente división dentro del poder judicial mexicano. A medida que las discusiones sobre la reforma judicial continúan, la participación activa de Ortiz y sus declaraciones ponen de manifiesto la tensión entre la independencia judicial y las lealtades políticas en el país.
En conclusión, las declaraciones de Loretta Ortiz son un ejemplo claro de la creciente convergencia entre el poder político y el judicial en México, un tema que seguirá siendo clave en el debate público a medida que avance la propuesta de reforma judicial.