A veces enero sueña que es abril. Abril es la hierbabuena y todo lo que es fresco, y la vida y el limón. El limón en una copa, y cae la tarde con alegría. Con alegría y con fe se ha de vivir la vida. La vida es un regalo de Dios. Dios, a su ladito, seguro tendrá a muchos de los que tanto amamos en la tierra…
En la tierra de este caballero un hombre sin ningún problema podía llamarse Juani Bulerías. Juani Bulerías se llamaba, de hecho. Y hecho era, era un hombre de ley, de verdad, de gitanería, de arte y de Ronda. Ronda es redonda y blanca y sueña que en su plaza torea Antonio Ordóñez. Antonio Ordóñez y El Niño de la Palma..
Y algunas veces lo hacen, fuera. Yo lo vi..
Ronda es coqueta y bohemia. Bohemia es la piel de Morante, y ya puestos, también su alma. Su alma noble que quería una silla.. Una silla quería Morante. Morante quiere una silla?, diría Bulerías con su voz gitana, con su voz de nobleza. Nobleza la tenía toda, y bondad. Bondad, y emoción torera.. y así le daría la silla de la gestoría…
Sueña enero que es abril, aunque sabe que es casi febrero. Febrero, el que es bonito, con sus domingos de cocido y las tardes que se alargan y se acuestan en oro. Oro llevó Morante a la Goyesca, en su vestido, y se sentó en la silla. En la silla del arte y de la bulería y de Ronda. Ronda lo supo, y Morante lo hizo porque quiso.
Porque hasta para querer hay que saber…
Dedicado al mes de enero que nos cuenta cosas de abril
A Juani Bulerías, qué en paz descanse, un tipo irrepetible. Pondré este cuento en mi nuevo libro. Y a toda su bella familia
A las sillas, pero solo a algunas
A mi grupo Albriux: chicos, atentos
A mi Luis
A Toni, que ya tiene su silla/otra silla/la silla de la vida
A los Ordóñez
A la gente alegre y de ley
A genios
A Morante
