La frontera entre Suiza e Italia, establecida en gran parte por los glaciares alpinos, está siendo redibujada debido al rápido deshielo causado por el calentamiento global. Ambos países acordaron una “rectificación menor” de su límite en la región de los Alpes, específicamente bajo la montaña Cervino (conocida como Matterhorn en Suiza), una de las cumbres más altas y turísticas de la región. Este cambio es necesario debido a la pérdida significativa de masa glaciar que ha modificado el paisaje natural que tradicionalmente ha marcado la frontera.
El deshielo de los glaciares en Suiza ha alcanzado niveles alarmantes, perdiendo un 4% de su volumen solo en 2023, tras haber registrado un récord del 6% de pérdida en 2022. Según expertos, el país podría perder hasta el 90% de sus glaciares para finales de siglo. Esta situación ha forzado a las autoridades suizas e italianas a renegociar el límite fronterizo, que hasta ahora estaba basado en elementos naturales como los glaciares y las crestas montañosas.
El acuerdo entre ambas naciones aún está en proceso de ratificación en Italia, pero Suiza ya ha aprobado el nuevo trazado fronterizo. Una vez que se firme el acuerdo, se darán a conocer los detalles específicos de la nueva delimitación. Este ajuste no solo busca preservar áreas naturales, sino que también resalta la necesidad de monitorizar los efectos del cambio climático y su impacto en el paisaje alpino.