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La “salud” presidencial

Bernardo Graue Toussaint
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Por: Bernardo Graue Toussaint.

La salud del Presidente de la República es un asunto que debe preocuparnos a todos. De las decisiones del mandatario pueden derivarse bondades para la vida de los ciudadanos, pero también tragedias que puedan perjudicar a millones de seres humanos. La salud física y psicológica del personaje de marras es (y debe ser) un asunto de interés público.

Resulta claro para muchísimos mexicanos que es preocupante el estado de salud psicológica del presidente de la República. Sus permanentes contradicciones; sus constantes cambios de humor y de ánimo; sus insultos, diatribas y mofas a todo aquél que piensa distinto a él, muestran ya un desequilibrio preocupante para quien tiene (nos guste o no) en sus manos, buena parte del destino de México.

Quien debiera de ser un líder capaz de conciliar a la sociedad se ha dedicado a polarizarla cada día más.

Quien debiera entender que la principal empresa del Estado (PEMEX) está en una situación económica sumamente peligrosa para la estabilidad nacional, decide mantener a un inútil agrónomo como dirigente de la petrolera. Las millonarias pérdidas de PEMEX (346 mil 135 millones de pesos durante 2019, un aumento de 92 por ciento respecto a las pérdidas del año anterior) son realmente escandalosas. La negación del mandatario frente a este tipo de adversidades rayan (más allá del cinismo) en un desapego de la realidad.

Las reiteradas protestas en torno a los feminicidios producidos en México, lejos de producir en el Presidente López una solidaridad con las mujeres mexicanas, han tenido como respuesta por parte del mandatario un serial de descalificaciones y de acusaciones sobre presuntas intenciones por perjudicar la imagen de su gobierno. Nada más lejos de la realidad, esa realidad de la que el Presidente López insiste en alejarse día a día. Las 249 mujeres asesinadas en los últimos dos meses dan cuenta de una brutal situación que amerita sensibilidad y acción gubernamental inmediata.

Por otra parte, la indolencia del Presidente López frente a  las atrocidades cometidas por el crimen organizado, refleja una preocupante concepción del problema por parte del mandatario. Los más de 40,000 homicidios  cometidos durante 2019, lejos de producir cambios (tanto en su gabinete, como en su estrategia), sólo generan erráticos discursos del Presidente en los que éste señala a un presunto pasado neoliberal de México como el “origen y causa” de la criminalidad mexicana. Su receta de “abrazos, no balazos” ha producido una burla global que subraya una permanente huida de la realidad del Presidente y de su irresponsabilidad como titular del Ejecutivo Federal.

De cara a la inevitable presencia del Coronavirus en México, con sus riesgos para la salud de los mexicanos, el Presidente de la República maneja una retórica que, lejos de tranquilizar a la sociedad mexicana, da motivos de preocupación. Los hechos de desabasto de medicamentos y de equipos, sumados a los severos recortes financieros al sistema sanitario, muestran una política fallida en la materia que pasa peligrosa factura en la salud de millones de mexicanos. Para el Presidente López, las cosas van de maravilla y se muestra inamovible en esa concepción de las cosas.

Él está feliz organizando “ventas de garage”, donde subasta coches, propiedades, bienes incautados. Para él, eso es gobernar. Él está hiper feliz con la “rifa no rifa” del avión presidencial. Vender y rematar para hacerse de recursos para repartir. Esa es su concepción de gobernar. La otra es repartir culpas, acusar, mofarse, insultar, predicar, regañar. *Bastar ver el penoso y lamentable espectáculo de ira que escenificó AMLO en Macuspana, Tabasco, para comprender que algo no anda bien en la salud emocional del Presidente. No soportó que la muchedumbre de su tierra natal le interpelara y mostró un enojo exagerado, fuera de toda normalidad y, más aún, cuando un gobernante está obligado a la templanza. *

Muchas cosas no andan bien en México. Igualmente, algo no anda bien en la cabeza del Presidente de la República. Algo falla. El estado de salud del mandatario no es un asunto personal. Es un asunto de Estado.

graue.cap@gmail.com

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