El caso de los hermanos Erik y Lyle Menéndez, quienes asesinaron a sus padres en su mansión de Beverly Hills en 1989, vuelve a la atención pública por la revisión de nuevas pruebas que podrían cambiar el rumbo de su sentencia. Este brutal parricidio, que conmocionó a Estados Unidos, ha sido objeto de debate desde el inicio del juicio, especialmente por las denuncias de abuso sexual que los hermanos alegan haber sufrido a manos de su padre, José Menéndez.
Erik Menéndez, actualmente de 53 años, ha presentado nuevos testimonios y documentos que respaldan sus declaraciones sobre los abusos. Una de las pruebas más contundentes es una carta que Erik habría escrito a su primo Andy Cano en la que detalla los abusos que vivió por parte de su padre. En la carta, Erik menciona: “Nunca sé cuándo va a pasar y me está enloqueciendo”.
Además, testimonios como el del exintegrante del grupo Menudo, Roy Roselló, han añadido peso a las acusaciones. Roselló afirmó que también fue víctima de José Menéndez cuando tenía 14 años, lo que ha reforzado las sospechas sobre el carácter abusivo del padre de los Menéndez.
Los abogados de los hermanos esperan que, con las nuevas pruebas y una mayor comprensión de los efectos del abuso infantil, el tribunal acceda a una resentencia. Según sus defensores, los hermanos ya han cumplido más de 30 años en prisión, lo que consideran suficiente, y buscan que se revise el caso a la luz de las leyes actuales que abordan con más sensibilidad el impacto del abuso sexual.