En una electrizante noche en Baltimore, los Ravens lograron una impresionante victoria de 35-34 sobre los Cincinnati Bengals, consolidando su liderazgo en la AFC Norte y sumando otra destacada actuación de su mariscal de campo, Lamar Jackson. El partido estuvo lleno de momentos dramáticos, especialmente en la segunda mitad, cuando Jackson, conocido por su capacidad de recuperación, se recuperó de un inicio difícil para guiar a los Ravens a una victoria que dejó a los aficionados al borde de sus asientos.
La última serie ofensiva de Jackson, culminada en un pase de touchdown de cinco yardas a Rashod Bateman con tan solo 1:49 en el reloj, fue crucial para que Baltimore se llevara el triunfo. Esta victoria no solo mejoró la marca de carrera de Jackson a 10-1 contra los Bengals, sino que también destacó su habilidad para enfrentar y resolver momentos de alta presión en el juego. Sin embargo, la emoción no terminó ahí; el equipo necesitó que su defensa resistiera una conversión de dos puntos de los Bengals en los últimos segundos del partido, en una jugada en la que hubo polémica por una posible falta no marcada.
Jackson ha demostrado ser la pesadilla de los Bengals esta temporada. En su primer enfrentamiento en Cincinnati, lideró una serie ganadora en tiempo extra, y esta vez, volvió a repetir el logro en casa. Después de una primera mitad en la que fue limitado a 71 yardas, Jackson renació en la segunda, completando 15 de 19 pases para 219 yardas y tres touchdowns. Este desempeño elevó a los Ravens a una marca de 7-3 y les otorgó una virtual igualdad en el primer puesto de su división con los Pittsburgh Steelers (6-2).
Lamar Jackson mostró su dominio en el último cuarto del juego, completando 11 de 13 pases para 197 yardas y tres touchdowns. Con dos de estos touchdowns el jueves, Jackson ya cuenta con nueve en la temporada lanzados fuera del bolsillo, una marca que lo coloca cuatro por encima del siguiente mejor en la NFL. Tylan Wallace, el receptor de Baltimore, también tuvo una actuación estelar, logrando su primer touchdown en un momento crucial. Con Baltimore abajo 21-14, Wallace convirtió un pase corto de Jackson en una jugada de 84 yardas que mantuvo vivo al equipo. Este touchdown le otorgó 78 yardas adicionales a lo esperado después de la recepción, convirtiéndose en la segunda mayor cantidad de yardas esperadas en una sola recepción desde 2018, de acuerdo con Next Gen Stats.
La defensa de pase de los Ravens, considerada la más débil de la liga, tuvo problemas en la segunda mitad del partido, sobre todo tras la salida por lesión del safety All-Pro, Kyle Hamilton. Esta ausencia permitió a los Bengals capitalizar el juego aéreo, con Ja’Marr Chase anotando touchdowns de 67 y 70 yardas. Hasta ahora, los Ravens han permitido 28 pases completos de 25 o más yardas en la temporada, cifra que los coloca en el peor lugar en la NFL en este aspecto.
El confiable pateador Justin Tucker falló un punto extra que habría igualado el juego a 21 puntos en el último cuarto. Con siete selecciones al Pro Bowl, Tucker había anotado 75 puntos consecutivos hasta este error. A pesar de algunos tropiezos en la temporada, Tucker ha demostrado consistencia en su rendimiento y sigue siendo un pilar importante para el equipo.
A pesar de la presión constante, Burrow mostró su capacidad para mantener la calma y ejecutar jugadas decisivas. Aunque se quedó sin su receptor Tee Higgins, Burrow encontró en Chase a un aliado constante. Su conexión fue crucial para mantener a los Bengals en el juego, especialmente cuando logró un pase de 70 yardas en el último cuarto que detuvo la racha ofensiva de los Ravens. Burrow cerró el juego con 428 yardas aéreas y cuatro touchdowns, su noveno juego con al menos 350 yardas y tres touchdowns, consolidando su lugar como el máximo líder en la historia de los Bengals en este aspecto.
Chase, quien finalizó con 11 recepciones para 264 yardas y tres touchdowns, tuvo un desempeño histórico. Con seis juegos en su carrera superando las 150 yardas y un touchdown, Chase igualó el récord de Lance Alworth en la tercera posición con más juegos de este tipo para un jugador menor de 25 años. Solo Randy Moss y Justin Jefferson superan esta cifra, cada uno con siete juegos.
La jugada clave que permitió el giro del juego fue un balón suelto de Chase Brown, corredor de los Bengals, provocado por el esquinero de los Ravens, Marlon Humphrey. Esta pérdida de balón dio a los Ravens el impulso necesario para anotar 21 puntos consecutivos y cambiar el rumbo del partido. La tendencia de Cincinnati a enfrentar dificultades en el juego terrestre se vio agravada por este error, lo que permitió a Baltimore tomar la ventaja en el marcador y finalmente asegurar la victoria.
La próxima semana, los Ravens se enfrentarán a los Pittsburgh Steelers el 17 de noviembre, un duelo crucial que podría consolidar su posición en la cima de la AFC Norte. Por su parte, los Bengals, con una marca de 4-6, viajarán a Los Ángeles para enfrentarse a los Chargers en un intento de mantener sus esperanzas de playoffs vivas.
Esta victoria fue, sin duda, un triunfo que reafirma el dominio de Lamar Jackson sobre los Bengals, además de ser un recordatorio de su habilidad para liderar remontadas épicas en situaciones de alta presión.