El impacto económico de los desastres naturales vinculados al cambio climático sigue una preocupante trayectoria ascendente, según un informe reciente de la Cámara de Comercio Internacional (ICC, por sus siglas en inglés). La investigación, publicada mientras comienza la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) en Azerbaiyán, estima que los fenómenos meteorológicos extremos han causado pérdidas de aproximadamente US$ 2 billones entre 2014 y 2023, una cifra comparable al costo de la crisis financiera global de 2008.
En su informe, la ICC, la mayor organización empresarial del mundo dedicada a promover el comercio y la inversión internacionales, detalla cómo los fenómenos climáticos extremos, exacerbados por el cambio climático, han afectado la economía global y afectado a alrededor de 1.600 millones de personas en los últimos diez años. La ICC subraya la necesidad urgente de una respuesta concertada, similar a la respuesta dada a la crisis financiera mundial de 2008, para mitigar el impacto económico de estos desastres. “Así como la crisis financiera mundial tuvo una respuesta rápida y concertada de los líderes mundiales, necesitamos que los gobiernos comprendan que el impacto económico del cambio climático requiere una respuesta de velocidad y decisión similares”, afirmó John W.H. Denton, secretario general de la ICC, en una declaración a CNN.
Entre los eventos recientes, los ciclones Helene y Milton, que azotaron principalmente los estados del sudeste de Estados Unidos el mes pasado, han causado daños económicos por un valor estimado entre US$ 51.500 y US$ 81.500 millones, según datos de la firma CoreLogic. A pesar de ser una suma considerable, estas pérdidas representan solo una fracción del costo total atribuido al cambio climático a nivel global.
El informe de la ICC, que evaluó cerca de 4.000 fenómenos meteorológicos en seis continentes, combina el costo directo de los daños en viviendas, empresas e infraestructura con el impacto del clima extremo en la productividad humana. A nivel global, la incidencia de desastres climáticos ha aumentado en un 83% entre los períodos de 1980-1999 y 2000-2019, lo que refuerza las previsiones de que el número de afectados seguirá incrementándose en el tiempo.
La ICC, en un esfuerzo por movilizar a gobiernos y empresas, hace un llamado a fortalecer las políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que estos contribuyen directamente al calentamiento global. El informe fue publicado días después de la reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, quien ha prometido deshacer las regulaciones climáticas existentes y reducir los límites de contaminación, una postura que ya adoptó en su primer mandato al retirar al país del Acuerdo Climático de París.
En la última década, los daños económicos derivados de desastres naturales han aumentado notablemente, con un impacto de US$ 451.000 millones solo entre 2022 y 2023, lo que representa un incremento del 19% respecto al promedio anual de los ocho años anteriores. “Los datos de la última década muestran definitivamente que el cambio climático no es un problema futuro: las pérdidas de productividad causadas por fenómenos meteorológicos extremos se están sintiendo aquí y ahora en la economía”, explicó Denton.
Datos recientes del Servicio sobre Cambio Climático Copernicus de Europa añaden que 2024 podría ser el año más caluroso registrado, lo que subraya aún más la urgencia de medidas inmediatas para enfrentar la crisis climática.