Por: Cristina Padin.
El Arte tenía amigos. No se fiaba de los que decían no poseerlos, tampoco de los que no apreciaban el vino. Sus íntimos amigos eran el Alma, el Duende, la Bohemia, la Bondad, el Sentimiento y la Emoción.. Con ellos los atardeceres eran oro y rojo..
De primaveras llenaba los eneros e incluso los febreros, aprendiz de caminos que se caminan en tiempos de silencio y en noches de azotea, de la azotea desde la que se ve lo que de verdad importa, también lo que nada vale…
El Arte era como es el arte: un trazo de azul andaluz, un verso lorquiano, un lance de generosidad muy sensible, un volante de lo que es flamenco (flamenquito no porque eso no existe: no es nada), una copa de vino tinto (o blanco), un cantar de gesta..
Un beso. De verdad. Una morantería!
El arte se tiene o no se tiene.. Fingirlo es absurdo (e inútil)
Es un cuento musical en honor a libros y canciones, y al arte en general
Dedicado al arte: no concibo la vida sin arte. Tampoco sin amigos. Tampoco sin vino..
A mi hermana: una gran artista
A Albriux: arte puro
A Vicky Martín-Berrocal
Al flamenco
A Morante y a las moranterías
A cada lance de bondad
A mi Luis
A Carlos
A mi mago
Y a abril: mes de ole