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Puerta 7

David Moreno
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En la pantalla, por: David Moreno.

Hace un par de temporadas la final de la Copa Libertadores, el torneo de clubes más importante de Sudamérica, tuvo que jugarse al otro lado del Atlántico en el Santiago Bernabéu de Madrid, España. La razón fue que integrantes de la Barra del Club River atacó al camión que transportaba a los jugadores de Boca. El temor de que el incidente generara más violencia motivó a la CONMEBOL a mover el partido a 13 mil kilómetros de distancia. Las barras ocasionaron que la primera final entre los dos equipos más populares de Argentina no pudiera llevarse a cabo en territorio albiceleste.

El problema de las Barras lleva años contaminando al fútbol argentino. Pero a pesar de incidentes tan penosos como el citado anteriormente, las barras siguen estando presentes en los clubes, operando en muchas ocasiones con la complicidad de los directivos. Hasta ahora el fenómeno ha sido reportado ampliamente tanto en la prensa argentina como en la mundial, pero sigue ahí, intacto e infectando a uno de los futboles más apasionantes y hermosos del globo. Por ello es interesante que ahora sea la ficción audiovisual la que retome al tema, pues quizá con la popularidad que en estos tiempos tienen las series de televisión, el asunto de las Barras en el fútbol argentino cobre la relevancia necesaria para que de la discusión se pase a la acción.

A Netflix ha llegado Puerta 7, una interesante e intensa serie que busca ahondar en el fenómeno de las Barras, lo hace con una enorme valentía y verosimilitud. Para eso su creador Martin Zimmerman (guionista de Ozark) plantea el problema desde varios puntos de vista pero todos convergentes en solo club: el ficticio Ferroviario. Se trata de un club añejo, de los que cada vez son más escasos no solamente en el fútbol de la Argentina sino en el de todo el planeta. Al Ferroviario lo envuelve la tradición por lo que está alejado de las grandes corporaciones que se han adueñado de la mayoría de los equipos más importantes. En el Ferroviario son los socios del club los que controlan al equipo a través de una junta directiva que es elegida entre ellos. Un club tradicional que ha permito que su Barra crezca y sea cada vez más influyente en las decisiones del club. Lo hacen a través del poder económico que han ganado los dirigentes de la Barra – poder al que llegan a través de una mezcla de negocios sucios combinados con la compra y venta de jugadores – del control social que tienen del barrio en el que está instalado el club y de la influencia que han ido comprando dentro de los poderes político y judicial. Su líder es Héctor Baldini “Lomito” (Carlos Belloso) un auténtico capo. Tiene el control completo de la Barra, se sienta todos los días en el comedor del club, presiona al entrenador para que debute a un jugador en el que ha invertido, negocia con el tesorero del equipo contratos y además controla al crimen que se desarrolla en el barrio. Su lugarteniente Fabián (Esteban Lamothe) es quien – junto a otros gamberros – se encarga del trabajo sucio. Es él quien tortura y extorsiona a quienes se le opongan al poder que tiene la Barra, es él quien se encarga de reclutar a los muchachos aficionados del club para ofrecerles dinero y trabajo en los ilícitos que controla. Asustado por el poder que ha alcanzado Lomito y su Barra, Guillermo (Antonio Grimau) el Presidente del Club contrata a una joven abogada llamada Diana Imbert (Dolores Fonzi) para hacerse cargo de la seguridad del estadio y ponerle un alto a la Barra. Diana está fuertemente ligada al equipo ya que su abuelo fue uno de los fundadores del Ferroviario. Provista de un poderoso sentido de honestidad y de un genuino amor por los colores del equipo, Diana va a colisionar con Lomito y con sus intereses, por lo que la serie va a retratar los intentos de la mujer por limpiar al club de la influencia de la Barra.

La honestidad con la que Puerta 7 retrata a un problema que trasciende a lo deportivo para instalarse en ámbitos que van de lo político a lo social o de lo económico a lo judicial, es la mejor carta de presentación de la serie. Zimmerman tiene la capacidad para plantear las diversas aristas del problema sin perder el rumbo y escribiendo un gran arco de transformación para el personaje de Dolores Fonzi quien tendrá que enfrentarse al dilema de renunciar a muchos de sus propios principios para bajar al nivel de Lomito y así poder ganarle la partida. Ninguno de los problemas que representan las Barras para el fútbol y para la vida de un país tan futbolero como lo es la Argentina escapa del ojo crítico de Zimmerman. Puerta 7 es brillante porque no deja esos cabos sueltos y los va hilando con gran capacidad narrativa para convertirse en un fiel y duro retrato de la gran mancha que empaña al deporte más popular del país sudamericano.

Una serie que sin hacer mucho ruido ha debutado en Netflix pero que es el perfecto ejemplo de la diversidad de temáticas que ha venido desarrollando la plataforma en sus contenidos. En este caso lo hace mirando hacía el sur de América y esa religión llamada fútbol que no escapa del fanatismo en el que pueden caer sus fieles más recalcitrantes. Puerta 7 es una joyita que atrapará al fanático del balompié pero también a quienes buscan un poderoso y bien escrito drama sobre la corrupción que parece infiltrarlo todo.

David Moreno
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