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Pobre: ¿Bueno o malo?

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por: Francisco López Vargas.

¿Se ha preguntado usted si es un pobre bueno o un pobre malo? No, créalo o no, no tiene nada que ver si es buena persona, si no es delincuente, si votó por López Obrador, Peña o Calderón. Nada de eso importa.

Para el actual gobierno si es pobre y se dedica a trabajar por su familia, ya sea como empleado o con un negocio propio, sólo lo diferencia si recibe dinero del gobierno o no. No importa si lo apoya, no importa si tiene un hijo con discapacidad o si ha cometido algún delito. Nada de eso importa.
Si paga impuestos o no, no se preocupe. Lo que realmente importa es si es beneficiario del gobierno, si recibe una pensión, o una beca, o un “incentivo” o una “tanda”.

Si no ha recibido apoyo del gobierno de López seguro recibirá el daño que su administración ya prepara en esta contingencia de salud y económica.
Si es pobre y tiene un pequeño negocio quizá reciba un crédito, pero también es posible que no porque sólo habrá para 20 millones.

Como en pocas ocasiones, ser rico hoy es –como lo ha sido siempre- un privilegio porque se sientan con el presidente, acuerdan con él y como han hecho muchos negocios, tienen contratos, podrán sostener a su plantilla de trabajadores porque el dinero no hará falta, pero si tiene una obra en Santa Lucía o en Dos Bocas o en el Tren Maya o Transitsmico, pues no pasa nada. Usted si puede trabajar.

Si, por el contrario, tiene un pequeño taller del que dependen tres o cuatro personas, si tiene suerte le darán su crédito, pero si no tendrá que cerrar y dejar sin empleo, aunque no quiera, a su compadre, a su hermano o cuñado que trabajan para su empresa, esa que tanto le costó levantar.

¿Qué hace la diferencia para el gobierno lo ayude o no?, ¿qué tan pobre puede o debe ser?, ¿hay diferentes tipos o estilos de pobres para que sean prioritarios o no?

Para el gobierno no vale la pena rescatar a medianas o microempresas que les urge no sólo que les posponga el pago de impuestos sino el cobro de la luz, las cuotas del IMSS. Dice el presidente que el gobierno no dará facilidades a nadie porque se quedará sin recursos para ayudar a los otros pobres, esos que sí le importan y que están entre sus beneficiarios.

¿Trabaja por su cuenta?, ¿tiene hijos estudiando o una esposa que trabaja y vende Avón o Jafra? Tampoco les darán ayuda, sólo hay para 20 millones de créditos que se entregaran a los que están en un listado de beneficiarios.

Lástima, se quedará sin ingresos quien sabe cuántos días… o meses.

¿No vive en Tabasco? Lástima, tampoco le condonará el pago de energía eléctrica aunque tenga un pequeño taller, una tiendita de la esquina o la mercería de la cuadra.

Así que si no encuadra entre los beneficiados porque ni estudia ni trabaja, no tiene más de 65 años y está jubilado, pues de nada sirve que sea uno de los que mueve la economía, que sea de esos que dan el 80 por ciento del trabajo que se requiere. Ya ve, crear plazas laborales. Ya ve, no les molestó despedir a más de 80 mil burócratas al llegar al gobierno federal, pero le pide a los empresarios no despedir a nadie.

El plan de austericidio implica reducir más a los empleados federales y ya se arma un recorte para todos aquellos que realizan labores “no prioritarias”: los echarán a la calle porque vencen sus contratos, porque no tienen plazas o porque simplemente estorban para el proyecto.

Dice Antonio Navalón que el pobre bueno es quien recibe un cheque del gobierno, mientras el pueblo malo es el mesero, el portero, el albañil o el herrero que tiene uno de los miles de trabajos que necesitan salir a la calle para ganar su sustento. Esos no tienen ningún derecho, ninguna ayuda ni un apoyo por el gobierno diferente, el que tiene por lema “primero los pobres”.

Mire usted que Salinas Pliego no está pensado en sus empleados, tampoco Azcárraga o Slim. Ellos, como siempre, se sientan en la mesa del que toma las decisiones.

Agrega Navalón: “Esta situación no es entre ricos y pobres. Esto es entre pobres buenos y pobres malos. Esto no es contra la clase dirigente y responsable de la desigualdad social, esto es contra el país mismo.

“Más de 25 millones de personas viven al día, quienes además –debido a la separación tan curiosa hecha por la 4T- pueden ser considerados como pobres malos. Mientras esto sucede, el modelo de subvención pública de esta administración es plasmado en la Constitución.

“Y con esto los pobres buenos –que son los más de once millones de estudiantes, los cerca de un millón de personas con discapacidad considerados y los más de ocho millones de adultos mayores seleccionados- estarán siendo merecedores de una pensión o, en su caso, una beca otorgada por el Estado. Así, el país no es viable.”

Termina: “… El gobierno no tiene derecho a condenar el término “empresa” en abstracto y sin distinguir por qué lo está haciendo, salvo que claramente haya un problema de ignorancia operacional que no permita separar el hecho de que un rico no es rico por recibir un cheque…”

José Francisco Lopez Vargas
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