La llegada del invierno ha agravado la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, donde miles de desplazados palestinos enfrentan condiciones extremas debido a las inclemencias del tiempo y la falta de recursos esenciales. Las intensas lluvias han inundado los campamentos improvisados, dejando a muchas familias sin refugio adecuado. Según el Servicio de Emergencia Civil Palestino, “miles de desplazados vieron sus refugios y tiendas de campaña afectadas por las inundaciones estacionales”.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha alertado que cerca de medio millón de personas se encuentran en riesgo en zonas propensas a inundaciones, lo que incrementa la vulnerabilidad de una población ya afectada por el conflicto y la escasez de suministros básicos.
La situación se ve exacerbada por la destrucción de infraestructuras esenciales y la limitada llegada de ayuda humanitaria, factores que dificultan la provisión de alimentos, medicinas y materiales de abrigo necesarios para enfrentar las bajas temperaturas. Organizaciones internacionales han expresado su preocupación por el deterioro de las condiciones de vida en Gaza y han instado a la comunidad internacional a intensificar los esfuerzos para aliviar el sufrimiento de la población civil.