En la pantalla, por: David Moreno.
Desde 2004 todo producto audiovisual relacionado con aviones, desastres y
sobrevivientes nos remite inmediatamente a “Lost”. La serie que relató el
accidente del vuelo 815 de Oceanic Air Lines y lo que sucedió con los
sobrevivientes del mismo, ha marcado un antes y un después en cuanto a
narrativas que abarquen temáticas similares. La realidad es que después de
todos estos años existe aún un vacío que aún ninguna serie ha podido llenar.
Hace dos años apareció “Manifest” – la cual contaba la historia de un vuelo que
se da por perdido y que reaparece dos años después en los radares del
aeropuerto de Nueva York al que se dirigía – la cual copiaba sin pudor alguno muchas de las
premisas de Lost tratando de replicar el éxito de la legendaria serie. No le
fue muy bien y se unió a la larga lista de programas que juegan con eventos de
carácter cósmico y/o sobrenatural que tienen una influencia en la vida de un
grupo de sobrevivientes a un desastre y que han terminado estrelladas en los
terrenos del rating.
A Netflix le faltaba producir una serie que intentara convertirse en la
nueva “Lost”, algo complicado porque no solamente se trata de trasladar al
espectador a una lucha por la sobrevivencia en el medio de un desastre, sino
intentar crear una mitología propia, una narrativa con un estilo único (el uso
del flashback e incluso del flashforward, fueron un sello de la creación de
J.J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber) y un desarrollo de personajes que
cree una empatía y una relación muy particular entre ellos y el espectador. La
compañía de Streaming ha aceptado el reto y desde su filial en Bélgica – es
la primera producción de ese país que llega a la plataforma – presenta “In To
The Night”, su intento por replicar lo logrado por Lost.
La serie está cimentada en un novela del laureado escritor polaco de
ciencia ficción Jacek Dukaj titulada “The Old Axolotl”. Cuenta la historia de un
vuelo, que originalmente cubriría la ruta entre Bruselas y Moscú, el cual es
abordado por un militar italiano que secuestra al avión con el objetivo de
dirigirlo al Oeste. Lo que busca con tal acción es evitar que llegue la luz del
día pues con ella llegaría un evento cósmico de proporciones apocalípticas con
funestas consecuencias para la vida en el planeta. Para ello amenaza al grupo
de pasajeros que había logrado abordar el avión antes de su despegue y al
copiloto de la nave para hacer que ésta despegue. Lo que sigue es una
desesperada travesía por aeropuertos de todo el mundo tratando de adaptarse al
huso horario de tal manera que el día nunca sorprenda a los exasperados
pasajeros. Evidentemente cada escala implicará un nuevo desafío y las situaciones
en un entorno que se va convirtiendo cada vez más claustrofóbico disparan la
acción a circunstancias que se van turnando más extraordinarias.
La estructura
narrativa de cada uno de los seis capítulos que conforman la temporada
presentada por Netflix es trepidante.
Dukaj – quien colabora en la escritura de los guiones – y el creador del
programa Jason George, toman la decisión de no perder mucho tiempo en el
desarrollo de la trama y saltan directamente a los hechos. Para ello aprovechan
que el reducido espacio en el que se desarrolla la acción mueve a los
personajes a tomar decisiones rápidas para tratar de sobrevivir. No hay mucho
tiempo para manipular al espectador, para presentar situaciones de carácter
trascendental en la vida de los personajes y que la empatía se genera a partir
de situaciones ocurridas en el pasado, la idea principal sobre la que trata de
sostenerse la serie es que el tiempo que tienen los pasajeros del vuelo es
determinante para su supervivencia. Se trata entonces de una carrera contra el
reloj, contra la llegada de un amanecer que sin duda sería el último que verían
en su vida. Si bien es cierto que se presentarán algunos saltos temporales al
pasado para contextualizar las razones por las que los personajes abordaron el
avión, éstos no son realmente determinantes en el desarrollo de la trama. Lo
que aquí importa es el desarrollo de relaciones de confianza entre individuos
con intereses y vidas completamente diferentes y como de ellas puede surgir un
interés común, el más importante que se puede tener: preservar la vida.
In To The Night se convierte en un presuroso viaje
audiovisual. Las comparativas con Lost serán irremediables, pero logra
distanciarse por no esforzarse en demasía en la creación de un mitología
propia, en tratar al destino como una entidad sobre la cual hay que
reflexionar. En la serie de Netflix el final del camino está marcado por
solamente dos posibilidades: correr o morir, una disyuntiva tan alucinante como
compleja cuando el mundo está literalmente derrumbándose a tu alrededor.
