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The English Game

David Moreno
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En la pantalla, por: David Moreno.

Hasta antes de que el Covid-19 apareciera en nuestras vidas, el mundo tenía pocas cosas en común. Una de ellas era el fútbol. El ritual de ponerse la camiseta del club favorito, preparar comida y bebidas, prender el televisor o – si se tiene suerte – asistir al estadio para hacerse uno con otras tantas miles de personas y emocionarse cuando el balón comenzara a girar, es algo que equipara a mujeres y hombres de todo el planeta, algo que no distingue condición social o nivel de estudios. Pero en los orígenes del segundo deporte más hermoso del mundo, las cosas eran completamente diferentes. El juego, según los historiadores, tiene sus comienzos en Italia pero su reglamentación se la debemos a los ingleses. Fue en las Islas Británicas donde el fútbol tal y como lo conocemos ahora tiene su verdadera génesis. Sin embargo a diferencia del deporte de masas que es hoy en día, en el preludio del juego éste era practicado solamente por las élites sociales, un “deporte de caballeros” dirían en su momento los primeros practicantes del fútbol asociación. En 1863 se establece la Asociación de Fútbol de Inglaterra (La Football Association) y con ella nacerá unos años después la FA Cup, el torneo más antiguo del orbe. Jugado en su umbral por los clubes de las élites, el torneo iría incluyendo a equipos de otras regiones de Inglaterra, conjuntos provenientes de condados cuyos integrantes ya no pertenecían a las clases más acomodadas sino que estaban conformados por obreros, campesinos y practicantes de otros oficios que fueron enamorándose del juego. Sin embargo las diferencias entre los equipos era notoria: mientras a unos el dinero les compraba el tiempo para entrenar otros solo se reunían los fines de semana directamente para jugar los encuentros. Sobra decir que durante los primeros torneos los clubes ganadores eran los integrados por quienes poseían la mayor cantidad de libras.

Todo lo anterior es el preámbulo que da inicio a “The English Game”, una mini serie que revisa el momento en el que el balompié comienza su proceso de masificación. Ese tiempo en el que se convierte un tema que trasciende a lo meramente deportivo para comenzar a instalarse en los terrenos de lo social, de lo cultural. Y ello viene de la mano de la profesionalización, de la creación de jugadores que cobraban por jugar al fútbol. La historia se centra en dos de las primeras estrellas de las canchas inglesas. El primero es Arthur Kinnaird (Edward Holcroft), el hijo de un banquero que ha llevado a su club, el Old Etonians, a conquistar la FA Cup. Kinnaird será el primero en advertir que sobre el deporte soplan vientos de cambio y entenderá antes que sus compañeros de equipo que el futuro del fútbol está más allá de las universidades, de las escuelas de élite que lo practicaban. Del otro lado está Fergus Suter (Kevin Guthrie) un jugador escocés que llega al norte de Inglaterra contratado por el director de una planta de procesamiento de algodón que patrocina al Darwen FC, un modesto club formado por los propios trabajadores de la fábrica. Suter se hace pasar por un obrero más pero ello es solo una fachada: cobra por jugar al fútbol lo que estaba prohibido por las reglas de la Asociación Inglesa. En realidad no había otra forma para enfrentar la competición pues lo que quedaba claro es que si los equipos pequeños como el Darwen, o su rival en el condado el Blackburn, querían competir realmente y tener una auténtica posibilidad de levantar la copa necesitaban de jugadores que pudieran dedicarle el tiempo a la preparación y ello solo podía darse si vivían de jugar al fútbol.

La recreación de la Inglaterra de finales del siglo XIX es espectacular. El diseño de producción no escatima en detalle alguno para trasladar al espectador a una época en la que los estadios repletos de fanáticos ni siquiera eran un sueño. Era un tiempo de transformación y tras lo que sucedía en el fútbol se encontraban otro tipo de innovaciones en otros aspectos de la vida. La serie tiene subtextos muy interesantes en los que se exploran cuestiones como los cambios en las relaciones obrero – patronal, el reconocimiento de los derechos de las mujeres y los cambios en el modelo industrial que hicieron del Reino Unido una potencia económica en aquel siglo.

The English Game es una carta de amor al fútbol, una escrita con gran y emotiva maestría. Es un viaje a un tiempo en el que el mundo no giraba alrededor de un balón pero el rodar del mismo comenzaba a derribar barreras construidas durante varias centurias. Y en estos tiempos en los que las canchas están cerradas, es un buen recordatorio de que amamos al fútbol pues, parafraseando al entrañable y siempre recordado Eduardo Galeano, genera esa melancolía irremediable que se siente después del amor, después de un partido y cuando termina una enorme y fantástica serie. Los seis episodios de The English Game están disponibles en Netflix.

David Moreno
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