Por Carlos E. Bojórquez Urzaiz
El primero de febrero de 1938 fue puesta en escena La tierra del faisán y el venado, cumbre de la prosa de Antonio Mediz Bolio, publicada en 1922, cuya adaptación y dirección teatrales estuvieron a cargo de Fernando Mediz Bolio, hermano menor del Poeta de Ochil y uno de los pilares del teatro regional yucateco, esa manifestación cultural tan de nosotros que Ermilo Abreu Gómez llegó a considerarla “…una de las pocas expresiones auténticas de que podemos enorgullecernos”.
Se han encontrado pocas referencias relacionadas con las formas teatrales que adquirió el libreto nacido de La tierra del faisán y el venado, sin embargo, resulta sugerente el elenco que intervino en la obra conformado por “Héctor Herrera, Arturo Carranza, Mario Herrera y el popular Don Chinto, principales columnas masculinas” que la Compañía de Revistas y Comedias Mediz Bolio presentó esa noche de estreno. Acaso se trató de una adaptación menos suntuosa que la representación de La Tierra del faisán y el venado escenificada en el Teatro José Peón Contreras durante el mes de febrero 1928, por la Compañía de Gregorio Martínez Sierra, musicalizada por Cornelio Cárdenas. Arturo Gamboa Garibaldi en su Historia del teatro y de la literatura dramática, incluida en el tomo V de Enciclopedia yucatanense, destacó que las actrices, “vestidas con el clásico traje de mestiza yucateca y los actores, también en traje de carácter, representaron sus papeles con gracia y soltura, imitando la voz y las maneras de la gente del pueblo”.
No obstante, durante la función de febrero de 1938 representada en el Teatro Colonial, aunque no se descarta que para la adaptación escénica se haya acudido al humor tan propio del teatro regional, es probable que la jocosidad y la crítica política Fernando Mediz Bolio las haya reservado para la segunda parte de la velada en la que llevó a escena una obra de su autoría, “una revista de actualidad-según la prensa- titulada, El frente de Canto”. Y es que el debut de la Compañía que Fernando MedizBolio trajo a Mérida de la capital del país, estaba “… dedicada especialmente al ingeniero Canto Echeverría nuevo Gobernador del Estadoasí como sus distinguidos huéspedes e invitados”, entre quienes se encontraba el poeta Antonio Mediz Bolio quien, como se sabe, ya erauna figura prominente de la letras, la diplomaciay la política nacional.
Por su parte, Humberto Canto Echeverría que tomó posesión de la gubernatura el propio martes primero de febrero de 1938, programó de común acuerdo con Fernando Mediz Bolio, y la aprobación de su hermano Antonio, que la Compañía de Revistas y Comedias Mediz Bolio incluyera en esa función lo mejor de su repertorio teatral y la participación de figuras con “nombres de veredero valor artístico como los de Nelly Franco, Celia Viveros, la Jarocha, Berta Sosa y un escogido grupo de muchachas que forman el show Janitzio…” y claro está, el elenco de los imprescindibles miembros de la familia Herrera.
La administración de Huberto Canto Echeverría marcaba el inicio de un gobierno inscrito en la gestión de Lázaro Cárdenas del Río, con la Reforma Agraria como uno de sus designios principales, que en Yucatán tocaría impulsar a este nuevo gobernador, mediante la ejecución del ejido henequenero que resumía la disposición cardenista de expropiar y repartir tierras de las haciendas entre los mayas de la zona henequera. Esos motivos quizás expliquen el arranque de la gestión de Canto Echeverría, vestida con una gala que escenificó La tierra del faisán y del venado, a tono con un gobierno revolucionario enterado de que Alfonso Reyes había escrito que la obra de Antonio Mediz Bolio, revelaba que si “cada rincón de la República, nos llegara la voz regional, depurada y útil. En el concierto de todos esos matices vibraría el iris mexicano…” A lo anterior se añadió la presentación de la obra de corte regional de Fernando Mediz, El frente de Canto, que, de manera ocurrente y adecuada al temperamento yucateco, anticipaba la acción expropiatoria contra los rancios hacendados que habían sobrevivido a la Revolución.
Vale la pena destacar que el reparto del ejido henequenero impulsado por el ingeniero Canto desató multitudinarias inconformidades entre los campesinos, que imputaban al gobierno permitir que los hacendados se quedaran con las mejores tierras de las haciendas. Estas disputas dieron paso a la conformación del Comité de Defensa Ejidal encabezado por Pedro Arsenio Lara Puerto, un dirigente campesino de Tixkokob que desde muy joven colaboró en las Ligas de Resistencia del Partido Socialista del Sureste con Felipe Carrillo Puerto. En medio de incontables discrepancias, Canto Echeverría solicitará licencia indefinida al cargo de gobernador en la Ciudad de México, hasta donde se había trasladado para entrevistarse con el presidente de Lázaro Cárdenas. El 9 de julio de 1940 ocupó la gubernatura provisional Laureano Cardoz Ruz, pero Canto Echeverría no contó con el beneplácito del Presidente Cárdenas, y el 4 de agosto del mismo año regresó a su cargo y gobernó Yucatán hasta el final de su periodo de cuatro años que concluyó en enero de 1942.
Resulta de interés para la historia del teatro regional-y su compromiso con la crítica política-comentar que durante el intervalo de la “licencia” solicitada por Canto Echeverría, Fernando Mediz Bolio volvió a llevar a escena una obra de dura crítica que había estrenado en 1936 titulada La Ley Agraria, tratando de dejar en claro que el reparto del ejido henequenero resultaba de una ley, por lo que el anticipo de su cumplimiento durante la toma de posesión de Canto Echeverría, con la escenificación de El frente de Canto, mostraba no sólo su creatividad artística sino sus convicciones revolucionarias. Por lo demás, hasta donde se sabe, las representaciones teatrales de La tierra de faisán y el Venado, llevadas a escena en el Teatro José Peón Contreras y el Teatro Colonial, con una década de diferencia, posiblementesean las más relevantes escenificaciones de esa maravillosa obra literaria. Sin embargo, un año después, en 1939, Antonio Mediz Bolio obtuvo nuevas satisfacciones pues a lo largo de ocho meses disfrutó de la filmación en Yucatán de su obra, La noche de los mayas, realizada por Chano Urueta, con fotografía de Gabriel Figueroa y música de Silvestre Revueltas. Los hermanos Antonio y Fernando Mediz Bolio, cerraban un interesante capítulo de la escena yucateca.


