Editorial La Revista Peninsular
El pasado siete de julio falleció don Carlos R.
Menéndez Navarrete a los ochenta y ocho años de edad, dejándonos un invaluable
legado periodístico por el impacto que tuvo en la vida política y social del
Estado.
Don Carlos fungió como el tercer director del Diario
de Yucatán del año de 1986 hasta el 2008, cargo que antes de él ocupó su padre,
don Abel Menéndez Romero, y antes de éste su abuelo, don Carlos Menéndez
González, quien fue el fundador del periódico. La calidad y profesionalismo con
la que desempeñó el mando del Diario lo hizo merecedor al Premio Nacional de
Periodismo en el año 2008.
Cabe destacar que don Carlos R. Menéndez Navarrete
acuñó una carrera periodística de más de tres décadas antes de asumir el cargo
de director del Diario, pues apenas terminó de estudiar el bachillerato en el
extranjero, regresó a la capital yucateca para comenzar a trabajar con su padre
en el periódico como corrector de pruebas, y posteriormente ocupó distintos
puestos dentro de la empresa como reportero, linotipista, cronista, receptor,
editorialista, traductor, y jefe de redacción; éste último cargo por
instrucciones expuestas en el testamento de su abuelo tras su fallecimiento en
1961.
Durante sus últimos años, don Carlos Menéndez
participó como accionista y consejero de Grupo Megamedia, y continuó luchando
por la defensa de la verdad con eventuales reportajes, así como deleitando a
sus lectores con afables crónicas de la vida social y deportiva del Estado; se
extrañarán particularmente sus escritos sobre “El Rey de los Deportes”, pues en
ellos convergían pasión y técnica de una manera inalcanzable para la mayoría de
los escritores.
Su compromiso con la verdad, la justicia, y el bien
común, fue el motivo por el que hizo frente a presiones e intimidaciones
enviadas en su contra por quienes veían sus intereses afectados con el
desempeño del Diario. Sin temor ni titubeos cubrió elecciones y fraudes
electorales, reportó actos de corrupción por parte de las autoridades, y
presentó los panoramas que afrontaban las comunidades más vulnerables durante
catástrofes naturales.
Don Carlos R. Menéndez Navarrete fue un yucateco
ejemplar que fungió como pieza clave para la construcción del Yucatán que
tenemos hoy; no es exageración afirmar que sus principales aportaciones son
palpables en las transiciones democráticas más importantes del Estado. La
valentía con la que se desenvolvía inspiraba no solamente a su equipo de
trabajo, el cual se sentía protegido en la determinación de su líder, también
despertaba en la sociedad yucateca la cultura de exigir a nuestras autoridades
honestidad y resultados.
No nos queda más que lamentar la partida de éste
excelso yucateco, y esperar que, a pesar que él ya se encuentre en descanso
eterno, su hambre por buscar y exponer la verdad perdure en todos a quienes
formó de alguna manera, pues hoy más que nunca necesitamos a profesionistas con
su capacidad y valor para hacer frente a las tendencias demagogas que pretenden
someternos.
Ojalá haya más yucatecos como don Carlos Menéndez;
mandamos nuestras más profundas condolencias a su familia y seres queridos.