La Revista

Joaquín Pardavé, figura entrañable del cine nacional

Ariel Aviles Marin
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El cine mexicano tiene una larga historia; sus orígenes se remontan a la etapa del cine mudo. En 1931, se filma la película “Santa”, primera cinta sonora del cine nacional, la cual se estrena en 1932 en la Ciudad de México, el día 30 de marzo. A partir de este momento histórico, la cinematografía nacional va a entrar en una etapa de rápido desarrollo, que la llevará a lo que, en la historia del arte mexicano se conoce como “La Etapa de Oro del Cine Mexicano”. Este período de la más joven de las artes, se nutrió con historias de la Revolución Social Mexicana, que, directores como ChanoUrueta, Emilio “El Indio” Fernández, Fernando de Fuentes, Juan Bustillo Oro, Julio Bracho, Roberto Gavaldón, Alejandro Galindo o René Cardona, llevaron a un punto de calidad que hizo inmortales las producciones de ese período. La fotografía de Gabriel Figueroa, legó a esta historia, estampas de una belleza y profundidad que no han sido igualadas.

En este panorama, surgen figuras que van dejando en la pantalla grande una presencia que marcó una personalidad propia para el cine nacional. Actrices como Mimí Debra, Emma Roldán, Sara García, María Félix, Dolores del Río, Andrea Palma, Gloria Marín, Columba Domínguez o Silvia Pinal, dejaron en la memoria colectiva una imagen y una personalidad, que fue definitiva en la concepción de la mujer mexicana del S. XX. Por su parte, actores como, Roberto Gavaldón, Fernando, Domingo y Andrés Soler, Arturo de Córdova, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, Ramón Gay, Tito y Víctor Junco o Pedro Infante, hicieron lo propio con la figura masculina de ese período. El cine de comedia, especialmente la de género musical, también tuvo una importante aportación en la historia, y en este plano es indispensable citar dos nombres: Mario Moreno “Cantinflas” y el pachuco del cine mexicano, Tin Tan, Germán Valdez. En este contexto, hay una figura toral, un hombre que cubrió muchísimos planos y aspectos de la vida del cine mexicano del S. XX. Esta figura es, sin duda ninguna, Joaquín Pardavé.

Joaquín Pardavé Arce, era su nombre completo; hijo de actores españoles dedicados al teatro, y emparentado con otra dinastía actoral, la de los Montoya. La gran María Teresa, fue su prima hermana. Nace, incidentalmente, en Pénjamo, Guanajuato, en una gira de la compañía teatral de sus padres, muy posiblemente en un hotel del lugar, donde se hospedaba la compañía, el 30 de septiembre de 1900. Pardavé, regresó siempre a esta su cuna, donde conservó toda la vida amistades profundas que él consideraba cómo de familia. Siendo el teatro su cuna, no es de extrañar que su primera aparición en escena fuera a los cuatro años de edad. Su carrera en el cine está ligada al surgimiento de éste, pues participó en él desde la etapa del cine mudo. Una etapa poco conocida de su vida, fue la de telegrafista, empleo en el que duró breve período.

Posteriormente, se incorpora a la rica vida de la carpa;comedias, sainetes y zarzuelas, fueron los géneros en los que destacó, desempeñándose con el personaje al que se designaba en esa época como “actor característico”, es decir, el cómico del grupo. En este maravilloso mundo, el del popular teatro de carpa, trabajó primero en la compañía de Pepe Campillo, y luego hizo mancuerna con un personaje emblemático del México de entonces, Roberto “El Panzón” Soto, quien en su espacio escénico, impulsó a grandes figuras, como el propio Agustín Lara. Ahí, en el grupo de Soto, conoce a Soledad Rebolledo, quien habría de ser la compañera de su vida, hasta su muerte en 1955. Debuta en el cine mudo en 1919, en la cinta “Viaje Redondo” de José Manuel Ramos. Su primera película sonora fue “El Águila y el Nopal” dirigida por Miguel Contreras Torres. Encarna a un villano en la película “Águilas frente al sol” y hace un papel secundario en “Jalisco Nunca Muere”. Su salto a la fama, ocurre en 1944, al encarnar a Don Susanito Peñafiel y Somellera, en la inmortal cinta “México de mis Recuerdos”, al lado de Frenando Soler y Sofía Álvarez. Don Susanito, se convierte en un personaje amado y emblemático del cine nacional, y Pardavé lo hace aparecer en varias ocasiones más.

Otra brillante faceta en su carrera actoral, lo fue la recreación de un personaje popular, el inmigrante sirio-libanés, que Pardavé asume como el “Baisano Jalil”, quien es adinerado, pero que nunca pierde la conciencia de su humilde origen, y es muy orgulloso de ello. Ya en esta cinta, se va dando un fenómeno extraordinario, Pardavé, dirige y actúa al mismo tiempo, y en ambos planos es brillante. Esta situación se repite en “Los Hijos de Don Venancio”, “Soy Charro de Rancho Grande”, “Una Gallega en México” y “Una Gallega Baila Mambo”, estas dos últimas con la española Nini Marshall “Catita”. La versatilidad de Joaquín Pardavé está expuesta en la enorme variedad de personajes a los que dio vida en forma magistral. Lo mismo era el tío cariñoso y comprensivo en “Cuándo los Hijos se Van”, que el padre estricto y recto de “En un Burro tres Baturros”. Es el carnicero de profunda entraña popular de “Una Gallega en México” como Robustiano. El amigo fiel en “El Mil Amores” con Pedro Infante. No hubo tipo o personalidad que la vena histriónica de Pardavé no cubriera a perfección.

En el campo de la música, Pardavé fue un prolífico autor ycompositor. Entre sus canciones más conocidas encontramos: No hagas llorar a esa Mujer, Falsa, La Panchita, Varita de Nardo y Negra Consentida. También hizo genial mancuerna como letrista, con músicos de la talla de Mario Ruiz Armengol y Manuel Esperón.

Un hecho poco conocido de su vida fue su participación y financiamiento del colosal monumento a Miguel Hidalgo, en su natal Hacienda de Corralejo, en su amado Pénjamo; proyecto que no llegó a ver terminado, pues la muerte le sorprendió antes de la inauguración de la obra. Murió en su casa, en la Ciudad de México, de un derrame cerebral, el 20 de julio de 1955, por lo que en días pasados se cumplieron sesenta y cinco años de su desaparición física.

Joaquín Pardavé, es un personaje polifacético que brilló en todos los campos en los que emprendió alguna acción. Actor, director, compositor, cantante, bailarín y un ser humano de una bonhomía poco común, hacen de él, una figura entrañable del cine nacional.

Mérida, Yuc., a 24 de julio de 2020.

 

* Las ilustraciones que acompañan este texto son de Salvador Peña L.

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