Y durante diez minutos todo lo que pudiera soñarse era posible! Y algunos no soñaron nada porque no saben soñar, y otros al fin soñaron tonterías porque viven tontamente y los que tenían alma bonita soñaron que los que están en el cielo podían estar unas horillas en este mundo.
Y qué hermoso fue..
Y a El Puerto de Santa María se acercó el gran Joselito el Gallo. Tan apuesto como lo era en su divina y eterna juventud! Y todo lo que allí vio le conmovió mucho y le encantó. El toreo, la afición, las cosas bien hechas, la entrega, el trabajo. El ole.. arte y sol.. la sal de la torería..
Y aplaudió y volvió a repetir que ir a El Puerto de Santa María es saber vivir los toros… Y sonriendo volvió junto a Dios..
Fue una jornada especial. Espiritual..
A Joselito el Gallo
A los toros en El Puerto de Santa María
A los que hacen las cosas bien
Al toreo
A mi amiga Ana
A Hugo
A mi niño Luis
A nuestras tradiciones
A los que sueñan cosas bonitas