Prometió que el pueblo viviría mejor, mucho mejor. La esperanza habitaba en cada piel, cada corazón, cada pestañeo. Esperaron felices la llegada del verano: habría noches culturales, tardes de toros, procesiones, verbenas, fiestas. El lugar recuperaría los sonidos, el color blanco, la vida…
Todo fue nada. Nada fue verdad…
Los habitantes de la aldea ya no creían en nada, la mentira se llevó sus ilusiones y sus sueños. Él llegó caminando. No prometió nada. Hizo! Poco a poco empezó a hacer cosas. Hubo misa solemne en abril, toros en mayo, ruta literaria en junio. Ahora la localidad es arte, pureza, cultura, afición.
Se recuperó la sonrisa. Así es como se hace: haciendo. Caminando. Sin trampa, sin mentira, sin palabrería. Con palabra y con nobleza!
Dedicado a las cosas bien hechas
A la cultura, sin cultura la vida es nada
Al toreo: puro arte
A mi amigo Jm
Al Club Taurino de Londres
A Luis
A los caminantes
A las personas de verdad
A Albriux