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En 2020: Nos llueve sobre mojado

Jordy R. Abraham Martínez
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Sobran los motivos, por: Jordy R. Abraham Martínez. 

Correo: jordyabraham@gmail.com
Jordy R. Abraham Martínez
@JordyAbraham

Si los desafíos de la vida ponen a prueba el carácter de las personas y las sociedades, 2020 ha sido un verdadero reto sin precedentes que ha comprobado la fortaleza de las mexicanas y mexicanos para superar adversidades.

Sin duda, la contingencia de salud pública del Covid-19, se ha presentado en los últimos meses como un evento extraordinario que modifica por completo el escenario económico y social; muchas vidas humanas se han perdido, así como también muchos empleos que difícilmente se recuperarán con prontitud. Los estragos económicos son lamentables, mientras que las muertes son irreparables, puesto que cada número que suma a la estadística, representa el profundo dolor de una familia.

Nuestro estado es tierra de gente trabajadora que ha sabido adaptarse a las circunstancias de la mano del sacrificio y el trabajo duro; son miles quienes han sufrido la falta de actividad laboral y se han valido del ingenio y el esfuerzo para salir adelante. Vivimos tiempos difíciles, por lo que cada día de lucha cuenta para marcar la diferencia.

Aunado a lo anterior, los días pasados han supuesto una nueva afrenta para el temple de las y los yucatecos. La experiencia nos ha enseñado que los fenómenos meteorológicos como ciclones y tormentas cuentan con el potencial para causar daños importantes en nuestro territorio; por ello sabemos que la conciencia y la prevención son las mejores aliadas para minimizar los percances producto de las inclemencias del tiempo.

La tormenta Gamma y el huracán Delta nos recuerdan que debemos estar preparados para lidiar con hechos meteorológicos que escapan de nuestro control: la población yucateca ha aprendido a asimilar riesgos e informarse sobre las mejores prácticas para protegerse pero, en ocasiones, los sucesos nos rebasan. Las lluvias acontecidas recientemente han perjudicado severamente algunas colonias y localidades de nuestro estado.

Cuando se suceden situaciones lamentables, es natural que se extienda el desánimo y parezca que no habrá forma de cambiar la realidad. No obstante, debemos recordar que la actitud es una pequeña cosa que pueda marcar una enorme diferencia. El optimismo es un primer paso, pero resulta efectivo en la medida en que se acompaña de solidaridad, empatía y determinación.

En contextos adversos como el que experimentamos ahora, se vuelve indispensable organizar esfuerzos; es momento de movilizar voluntades y mirar hacia el futuro con una carga de esperanza. No será fácil, aunque valdrá la pena. La historia se construye en el presente y como generación tenemos en nuestras manos el reto de superar la contingencia.

La salud está en juego; la cuestión económica está en entredicho; y el porvenir es incierto. Es tiempo de dar: de entregar apoyo a los demás, de disponer nuestro talento para solucionar temas pendientes y ser capaces de reponernos de las circunstancias desfavorables. No podemos cambiar lo que nos rodea de manera inmediata, pero sí somos capaces de decidir sobre el modo en el que reaccionamos a lo que nos pasa. Las pruebas de la vida son duras, sin embargo, cada instancia superada nos torna más fuertes y nos brinda lecciones valiosas. Juntos saldremos adelante, porque la unidad hace la fuerza.

Jordy R. Abraham Martínez
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