El sistema de transporte público Va y Ven, tan promovido por el exgobernador panista Mauricio Vila Dosal como emblema de “modernidad”, resultó ser un espejismo costoso ya que financieramente es insostenible. Hoy, al ser examinado por un gobierno que sí le responde al pueblo, empiezan a salir a la luz sus verdaderas dimensiones: deuda, opacidad, privilegios y simulación. Desde MORENA lo decimos con claridad: el transporte no debe ser negocio, sino derecho. Las acciones para corregir lo que nos dejaron anteponen la justicia social y el bienestar colectivo.
Como bien informó a la sociedad yucateca y al Congreso del Estado en abril pasado, Jacinto Sosa Novelo, titular de la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY), se recibió un sistema con graves deficiencias operativas y financieras, es decir, los yucatecos recibimos una herencia panista envenenada. El sistema de transporte público Va y Ven podría generar un déficit de hasta $1,860 millones de pesos durante este 2025. Una cifra alarmante para un modelo que fue presentado por el gobierno panista de Mauricio Vila Dosal como autosustentable.
Sin embargo, este sistema fue construido sin atender las necesidades reales de la mayoría. Mientras miles de yucatecos esperaban horas bajo el sol en colonias marginadas, las rutas y estaciones privilegiaban zonas comerciales y de interés turístico, siguiendo una lógica electoral.
La burla a la sociedad yucateca fue aún mayor: uno de los casos más escandalosos es el contrato con la empresa Grupo Nicxa para el paradero del Cetram Norte, el más caro de latinoamérica: un arrendamiento por $300 millones en 15 años sin que el gobierno anterior justificara el costo ni la necesidad de ese espacio. ¿Cuántos contratos más tendrán irregularidades de este tipo? Pronto, con las auditorías, lo sabremos.
Derivado de la heredada inestabilidad financiera de un sistema de transporte nada autosustentable y repleto de irregularidades, el pasado 17 de julio de 2025, la ciudadanía fue testigo de un nuevo golpe a su movilidad: más de 140 autobuses fueron retirados como un ajuste de los concesionarios, afectando directamente a Mérida, Kanasín, Valladolid y Tizimín. Esto confirma que el sistema heredado, lejos de ser sostenible, estaba construido sobre una estructura frágil y dependiente de subsidios mal gestionados.
Desde el gobierno estatal de la Cuarta Transformación, encabezado por Joaquín Díaz Mena, se ha iniciado una auditoría integral del sistema Va y Ven. El objetivo no es destruir lo que existe, sino rescatarlo del saqueo, sanearlo y ponerlo verdaderamente al servicio del pueblo. Por eso ha sido loable la labor del Gobierno del Estado al acordar junto a los concesionarios de transporte garantizar la movilidad al 100% en las horas pico. Ese es el espíritu del Movimiento de Regeneración Nacional, apostar siempre por el diálogo para el bienestar colectivo.
Y en este mismo sentido, estamos seguros que se estarán revisando rutas, contratos, subsidios y nuevas estrategias de integración territorial. No más improvisaciones ni simulaciones. Yucatán merece un transporte en manos del pueblo. Es decir, un transporte digno que reoriente su objetivo primordial de movilidad digna antes que el lucro y el privilegio para unos cuantos.
Mientras la derecha disfrazó intereses privados de soluciones públicas, el gobernador Joaquín Díaz Mena está colocando el transporte en el centro de la justicia social, promoviendo el diálogo, la participación ciudadana en la planificación, fortaleciendo rutas que históricamente se necesitan, y principalmente, reorientando los recursos para que beneficien a quienes más lo necesitan.
Que no haya duda ni preocupación: estamos seguros, porque así lo ha manifestado con claridad el gobernador Joaquín Diaz Mena, que el sistema de transporte Va y Ven seguirá existiendo. Pero ya no será el escaparate de una administración que gobernó para unos cuantos. Ahora Va y Ven, va con el pueblo, y viene con la Cuarta Transformación.
El pueblo de Yucatán merece transporte digno, seguro y justo. Y desde MORENA lo estamos haciendo realidad, sin simulaciones, sin moños azules ni frivolidades, y con el corazón puesto en la justicia social.


