Era 4 de enero. Enero: el que enciende la chimenea y el brasero. El brasero calienta la esperanza. La esperanza, que tenía una casita en Sevilla, se enteró de la noticia. La noticia era hermosa. Hermosa como ella: la sensación nueva que había nacido..
No sabían cómo llamarle..
Había nacido en la madrugada de hielo. Hielo al compás de las noches blancas. Blancas como la pureza de los que son limpios de alma. Alma y arte! Arte tenía su sonrisa. Sonrisa de frambuesa, tez de arena y sal..
No sabían cómo llamarle..
Sal y son. Son y sonido flamenco. Flamenco como el torero que torea bonito. Bonito como un suspiro en el Camino de Santiago. Santiago: principio, fin, todo. Todo tan lindo como el azabache de sus ojos. Ojos de verdad. Verdad: qué bellas eres!
No sabían cómo llamarle… y le llamaron ilusión!
Dedicado a la ilusión. Ojalá jamás falte
A mi familia
A Luis
A Carlos
A Jm
A Albriux
A Sevilla
A Santiago
Al toreo
Al flamenco
Y a los Reyes Magos