En una de las misiones más polémicas hasta la fecha, agentes de la Patrulla Fronteriza bajo el mando del comandante Gregory Bovino llevaron a cabo un operativo en Chicago que ha generado fuertes cuestionamientos tanto políticos como sociales.
La redada, planeada de noche, implicó el uso de helicópteros para descender desde los techos, entrada forzada a viviendas y detenciones masivas. Aunque las autoridades afirmaron que el objetivo eran miembros de pandillas, la acción también afectó a ciudadanos estadounidenses y familias inmigrantes.
Una de las afectadas, identificada como Naudelys, relató que vivía con su hijo de cuatro años cuando su puerta fue derribada por los agentes. Relató que “me decían que pusiera las manos y apuntaban con armas” y que presenció cómo un agente agredía a un hombre frente al hijo, lo cual dejó al menor “traumatizado”. Otro testimonio denuncia comentarios de tono sexual sobre mujeres venezolanas, lo que añade una acusación de discriminación al operativo.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), se arrestaron al menos 37 personas por violaciones migratorias, la mayoría venezolanos. Además, cuatro niños con ciudadanía estadounidense fueron retirados temporalmente de sus camas porque sus padres carecían de estatus migratorio legal, según fuentes oficiales. El DHS justificó que la operación se concentró en presuntos miembros de la pandilla Tren de Aragua, colaborando con el FBI y la ATF.
El uso de agentes fronterizos en territorios urbanos ha sido parte de la estrategia del presidente Trump para fortalecer la migración en ciudades donde existen políticas locales de no cooperación con las autoridades federales. En este contexto, Gregory Bovino ha sido catalogado como figura clave, con acciones que han sido calificadas como “autoritarias” por el gobernador demócrata de Illinois, JB Pritzker. El gobernador incluso señaló:
“Gregory Bovino ha estado liderando la disrupción y causando caos mientras posa alegremente para sesiones de fotos y videos”
Bovino llegó a Chicago hace algunas semanas procedente de Los Ángeles, y desde entonces ha adoptado un discurso agresivo en redes sociales. En un mensaje publicado en X, afirmó: “We are here, Chicago, and we are not going anywhere” (“Estamos aquí, Chicago, y no nos vamos a ir”) junto con un video de un arresto.
Queda por verse cuál será el impacto legal y social de este tipo de operativos en comunidades migrantes y cuál será la respuesta de autoridades locales y federales ante las acusaciones de abuso y discriminación.


