Sheinbaum manifiesta que, aun cuando existan adeudos del gobierno federal con empresas farmacéuticas que ascienden al menos a 14 mil millones de pesos, estas compañías deben cumplir en tiempo y forma con la entrega de medicamentos, pues de lo contrario estarían incumpliendo los contratos que ellas mismas firmaron. La mandataria expresó que si las farmacéuticas no podían atender dichas entregas debido a adeudos previos, “pues no hubieran concursado”, y debieron advertir que la entrega del fármaco dependería del pago de esas deudas.
Sheinbaum señaló que en las licitaciones no se contempla que tener impagos otorgue el derecho de no entregar medicamentos, y que al participar en una licitación las empresas se comprometen al cumplimiento del contrato, “independientemente de si hubieran tener adeudos”. A su juicio, quienes no entreguen en los plazos establecidos estarán fallando ante un contrato asumido por ellas mismas.
Por su parte, representantes de asociaciones farmacéuticas mexicanas han declarado que continúan con la entrega de medicamentos conforme lo acordado, pero lamentan que los pagos de los adeudos no se han efectuado. Juan de Villafranca, presidente de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF), afirmó: “Están entregando (los laboratorios de AMELAF), están cumpliendo muy bien, esa es la verdad. (…) El tema de entregas está fluyendo, el tema de pagos, cero”.
La tensión entre las obligaciones contractuales y la falta de pagos pendientes plantea un escenario complejo: el gobierno exige responsabilidad en las entregas aún ante deudas acumuladas, mientras las farmacéuticas aseguran cumplir con su parte operativa pese a la falta de compensación económica.


