EL WAKA WAKA Y LA SEXUALIDAD



Daniela Rangel es una chica guapa, alta y delgada, a punto de concluir la carrera de abogacía. Fue la encargada de conducir un taller sobre sexualidad y violencia en la Escuela Secundaria Técnica de Espita y, para sorpresa de alumnos, maestro y de este reportero, empezó con el famoso Waca Waca de Shakira, se contorneó como lo hace la colombiana y pidió a los presentes la siguieran; los hizo ponerse de pie, mover el cuerpo, levantar las manos y bailar… los jóvenes la obedecieron con cara de pena y, los mayores, quedamos atónitos, soprendidos sin adivinar qué estaba ocurriendo.
Las primeras palabras de Daniela se llevaron consigo sorpresa y asombro. Integrante de Proyecto Crisal e invitada del Grupo “Por Espita”, la chica comenzó a platicarles a los muchachos del aspecto biológico de la sexualidad, desde el origen de los cromosomas y la relacionalidad: ¿Cómo me identifico con mi cuerpo de acuerdo con mi sexualidad?
El “waca waca” iba tomando forma convertido en dinamismo y mucho movimiento. Con la música y el baile, Daniela hizo despertar la principal herramienta de la sexualidad, que es el cuerpo. Por eso llevó a Shakisa a aquel salón de secundaria con 32 alumnos.
La facilitadora, apoyada por la maestra María Jesús Ocaña, del mismo Proyecto Crisal, jugó con su adolescete público para que puedan identificar cómo es la combinación cromosómica para que se formen el varón y la mujer, y poco a poco los llevó a comprender los casos especiales de hermafroditas.
Aquel grupo de adolescentes tenía una peculiaridad: era multigrado, integrado por alumnos de primero, segundo y tercer año. Daniela los condujo a comprender y entender cómo se identifican con su genitalidad y qué tanto tiene esa comunicación con su propio cuerpo.
Conforme transcurría la amena plática fueron integrándose cuatro equipos: Unos, con notable equilibro en la comunicación con su cuerpo; otros, al parecer sin problema, pero con ciertas dificultades; un tercero, cuya conducta requiere de observación, como se le hizo al saber al director de la Secundaria, y un cuarto grupo que, de plano no quiso participar.
El tema de aquella plática era la “relacionalidad”, por lo cual se pidió a los estudiantes presentes que ayudaran a rescatar a sus compañeros apáticos. Fue una dinámica impresionante, la respuesta fue casi inmediata, varios de los rezagados respondieron positivamente.
El contagio fue casi al 100, sólo quedaba uno, parecía introvertido, con los ojos rojos… se le advirtió que ya nadie iría por él, que debía realizar su máximo esfuerzo: “Ya no hay compañero que te salve, pero si tú quieres ser salvado, puedes venir y bailar con alguno de los que estamos acá de adultos”. Aquel adolescente luchó por sí mismo y, al fin, se incorporó al grupo y particitó.
El contenido de ese taller está basado en los cuatro holones de la sexualidad: el biológico y la relacionalidad,que integraron la plática, y el de género, reproducción y violencia que abordarán en la próxima reunión.
Concluída la charla con los alumnos, la maestra María Jesús Ocaña y la propia Daniela recibieron a un grupo de padres de familia, a quienes hablaron del contenido del taller, que será impartido en cinco fechas, con 15 días de diferencia cada una, y les explicaron todo lo que están haciendo para que establezcan una mejor comunicación. En la reunión quedó abierto un canal con la dirección de la escuela a efecto de que aquellos papás puedan compartir cualquier inquietud que tengan respecto al desdempeño de sus hijos.
Simultaneamente, en la Secundaria Fabian Vallado, también convocado por el Grupo “Por Espita”, el maestro Víctor Roa Muñoz y el psicólogo Joaquín Torres Aburto, del Colectivo AVE, impartieron otro taller, con la participación de 38 adolescentes, mujeres y hombres de 12 a 15 años. En esa primera de cinco sesiones se hizo una introducción sobre la salud mental, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental celebrado en días pasados, con el lema de “Empoderar, Contactar y Cuidar la salud emocional en las infancias y adolescencias”.
El autocuidado es una energía que mantiene en equilibrio el cuerpo con mente y emociones. Cada esfera es importante para la salud mental.
Hubo una participación muy activa a través de preguntas, y de situaciones ficticias, además de que se revisaron estrategias de autocuidado en cuatro niveles: físico, emocional, mental y social.
En lo físico, comer balanceado, hacer ejercicio, dormir bien y cuidar la higiene; en los emocional, expresar lo que sentimos, poner límites sanos, pedir ayuda, y encontrar sentido y valores a la vida; en lo mental, mantener la mente activa, aprender cosas nuevas, pensar positivo, descansar de la sobrecarga digital y meditar y reflexionar, y en los social, rodearnos de relaciones sanas, comunicarnos asertivamente, compartir tiempo con nuestros seres queridos, y conectar con la naturaleza.
A esta última charla asistió personal del Centro de Prevención Social del Delito y Participación Ciudadana, que tiene a su cargo el programa de prevención “Aliados por la Vida” y que coordinará esfuerzos con el grupo “Por Espita”.
En ambos planteles se obsequió a los muchacos participantes con frituras donadas por la empresa Misión.
Ambos eventos fueron coordinados por el Ing. Efraín Gutiérrez Triay y el maestro Roa Muñoz.



