Martín es un policía que llega a su nueva asignación en una cárcel. Es su primer día y sus superiores le ordenan participar en un traslado de prisioneros. Serán llevados a otro centro penitenciario. El oficial asume la responsabilidad junto a su compañero, Montesinos, con quien debe llevar a 6 reclusos en un camión diseñado exclusivamente para tal efecto. Se trata de un grupo variopinto conformado por un ladrón, un político corrupto, un hombre que ha vengado a su hermana por cometer abusos, un tratante de blancas y un chico que ha sido acusado de cometer varios delitos menores y que tiene un largo historial de salir y entrar de prisión. Pero lo que parecía ser una operación de rutina se saldrá de control cuando el camión es atacado por un misterioso personaje, entonces el vehículo se convierte en una trampa, un sitio blindado del que prácticamente será imposible salir vivo a menos que entre personajes antagónicos pueda surgir alguna alianza algo que les brinde una oportunidad a quienes se enfrentan a un peligro desconocido.
Es la premisa de Bajo Cero el segundo largometraje del director catalán Lluís Quílez quien filma con mucha destreza técnica un estupendo thriller policiaco en el que elementos como el espacio y el punto de vista van a jugar un papel preponderante en el desarrollo de la historia. El espacio estará determinado por el camión en el que quedan atrapados los protagonistas generando una sensación claustrofóbica. Quílez mueve con mucha destreza la cámara para evitar que tal sensación termine por imponerse en la narrativa y dota con tales movimientos, con el cambio de un plano a otro, de darle mucho ritmo a la acción logrando transmitir la desesperación que va en aumento al interior del vehículo. Todo mientras el punto de vista va generando que poco a poco el espectador vaya descubriendo los motivos del ataque. Eso al ir introduciendo información a partir de la mirada de quien ha perpetrado la acción en contra del camión lo que también catapulta la acción hacía un espectacular y muy bien filmado desenlace
Javier Gutiérrez encabeza una extraordinario reparto de actores españoles que mezcla a jóvenes promesas con la experiencia de histriones muy curtidos en el séptimo arte. Gutiérrez regala una actuación muy sólida como Martín, un policía que de pronto tiene que enfrentarse a una situación que pondrá no solamente a prueba su entrenamiento, sino a su escala de valores y convicciones. Tendrá que tomar decisiones de manera vertiginosa pues su vida terminará dependiendo de ello, lo que se refleja en una interpretación en la que Javier Gutiérrez consolida el ascenso de su carrera hacía niveles interpretativos cada vez más sólidos, con un registro más amplio y con una tremenda presencia escénica. El reparto lo contemplan Patrick Criado – una de las promesas más jóvenes del cine y la televisión española – el gran Luis Calleja, Isak Férrizy el enorme Karra Elejalde quien construirá un personaje sumamente humano a pesar de la situación a la que el destino le ha unido.
Bajo Cero es una película que estaba destinada a estrenarse en las salas cinematográficas españolas y de ahí iniciar el largo periplo que estas producciones tienen para poder ser vistas en el resto del mundo. La pandemia y la complicada situación que viven las salas de cine en todo el globo, hizo que los planes cambiaran y fuera llevada prácticamente directo a los servicios de streaming. Esto ha permitido que el filme sea visto de manera inmediata en sitios a los que hubiera tardado mucho más tiempo en llegar. Es muy probable que ese sea el camino que tendrán que seguir muchos de los estrenos programados para este año y para los venideros. A quienes gustamos del cine ello nos viene bien pues tenemos acceso a éste y otros filmes justo cuando son estrenados, pero va en detrimento de la industria de la exhibición que tal vez nunca pueda recuperarse del todo de lo que la crisis a la que la situación sanitaria le ha llevado. Por lo pronto este estupendo thriller está disponible en Netflix, una película que mantendrá el interés del espectador por su correcta manufactura y por generar empatía por personajes por los que tal vez nunca deberíamos sentirla.
