El cantautor español Joaquín Sabina se despidió este domingo de los grandes escenarios con un concierto que marca el fin de su gira “Hola y adiós” y, al parecer, de su carrera sobre los escenarios. El cierre tuvo lugar en el Movistar Arena de Madrid, ante miles de personas, en una noche cargada de nostalgia, emoción y reconocimiento a medio siglo de trayectoria.
A sus 76 años, Sabina subió al escenario en lo que él mismo definió como “el último concierto de mi vida y, por lo tanto, el más importante”. Durante el espectáculo repasó gran parte de su legado musical: interpretó sus temas más representativos ante un público entregado que coreó himnos que han resonado por generaciones.
El adiós no fue solo un acto musical, sino también una demostración de gratitud. Con voz quebrada por la emoción, Sabina aprovechó para agradecer a su público el hecho de que, según sus palabras, sus canciones “se hayan colado en la memoria sentimental de varias generaciones”.
Aunque se cierra un ciclo, su legado queda intacto: décadas de poesía convertida en canción, historias de amor, desencanto y calle traducidas en música, que ahora forman parte del imaginario colectivo. Con este concierto, Sabina deja los escenarios, pero sus canciones seguirán resonando.


