En Playa del Carmen, tres comunidades mayas se encuentran inmersas en un grave conflicto territorial que pone en riesgo el derecho a la tierra de alrededor de dos mil habitantes de pueblos originarios.
De acuerdo con la información difundida, estas comunidades han denunciado encontrarse “en la indefensión”, una situación que agrava su vulnerabilidad y limita su acceso a garantías fundamentales.
La disputa territorial se inserta en un contexto más amplio de presión inmobiliaria, desarrollo turístico y reconfiguración del territorio en la región de la Riviera Maya, factores que han generado históricamente tensiones en la tenencia de la tierra.
Especialistas en geografía social advierten que este tipo de conflictos no solo implican desacuerdos limítrofes, sino también procesos de despojo, exclusión, desplazamiento y pérdida de patrimonio cultural y ancestral de las comunidades indígenas.
La situación revela una profunda desigualdad estructural: mientras los proyectos turísticos y urbanos avanzan, los derechos de los pueblos originarios quedan relegados, lo que evidencia la necesidad de mecanismos efectivos de protección, reconocimiento de sus tierras, y respeto a su identidad.
En este contexto, los habitantes de estas comunidades mayas demandan garantías reales para preservar su territorio, su cultura y su forma de vida, ante lo que consideran una injusticia en la que hoy se encuentran en una situación de vulnerabilidad.


