La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este martes que resulta “imposible entregar la cantidad de agua que pide Estados Unidos” en los plazos exigidos, y explicó que la parte estadounidense lo sabe.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum recordó que el compromiso de distribución se encuentra regulado por el Tratado de Aguas de 1944, el cual establece la entrega en períodos de cinco años, con flexibilidad ante condiciones extraordinarias. Señaló que una severa sequía en el norte del país ha reducido dramáticamente las reservas hídricas: algunas presas clave solo operan al 9 % y al 4 % de su capacidad, lo que compromete el abastecimiento para al menos 13 ciudades mexicanas.
Sheinbaum añadió que, a pesar de las dificultades, México ya comenzó a enviar agua adicional este año para compensar el déficit histórico. Sin embargo, consideró inviable cumplir con las nuevas exigencias en tiempos tan cortos sin poner en riesgo el consumo humano y la seguridad hídrica nacional.
Ante la amenaza de aranceles del 5 % a productos mexicanos —que el presidente estadounidense Donald Trump advirtió en caso de incumplimiento— la mandataria mexicana insistió en que su gobierno seguirá buscando una solución técnica y equilibrada.
Este anuncio marca un nuevo episodio en la disputa bilateral por el agua del río Bravo, que ha escalado en los últimos meses por la aguda crisis hídrica que afecta a la región norte de México.


